Durante las últimas semanas hemos sido testigos de cómo las entidades regulatorias en Rusia han mostrado su fuerza contra algunas de las compañías tecnológicas más importantes del planeta.
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Vimos cómo se fueron contra Apple y ahora comprobamos que ellos no fueron los únicos avasallados, ya que Meta, antes Facebook, también se habría cruzado en el paso de la entidad.
[ Apple demanda a Rusia por intentar regular las formas de pago en su App StoreOpens in new window ]
La empresa de Mark Zuckerberg tenía rato peleando un asunto legal con ellos por sus imposiciones regulatorias y ahora han llegado a un punto sin retorno donde han abierto la cartera para cerrar el tema.
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Facebook salda sus multas con Putin
De acuerdo con un reporte de la agencia informativa Reuters, Facebook ha pagado el equivalente a USD $229.643 en rublos, acumulados por las multas adeudadas en Rusia desde hace tiempo.
Todo derivado de su fallo en eliminar publicaciones cuyo contenido sería considerado como ilegal por las entidades regulatorias de Moscú.
La cifra es en sí corta para el capital con el que cuenta la empresa, pero la realidad es que se trataría de la antesala a una sanción aún mayor que todavía estaría por determinarse.
Ya que Meta junto con Alphabet, la matriz de Google, estarían por encarar juntos la próxima semana otro proceso contra las autoridades rusas en donde determinarán la magnitud de múltiples presuntas violaciones repetidas sobre contenido difundido en las plataformas.
Hace algunos meses reportamos algunos de los detalles generales de este pleito que Google mantiene con Putin y compañía, donde ahora descubrimos que Meta también está involucrado.
El punto delicado de este nuevo episodio legal es que ahora Rusia podría quedarse con una cifra que se ubica entre el 5 y el 20% de las ganancias de Google y Meta en este territorio.
Lo que equivaldría a un monto posicionado entre USD $60 y USD $240 millones de dólares por violar las reglas nacionales de qué se puede publicar o no entre sus ciudadanos.
Así vemos cómo Rusia ha incrementado su presión contra estas empresas para lograr imponer un control más estricto sobre los contenidos que circulan en su país.
Estos movimientos representan una clara amenaza a la privacidad, la libertad de expresión y la de operación de las empresas tecnológicas de ese ramo.
Esperemos que otras naciones no repliquen el modelo.