Una de las misiones más largas, impresionantes y precisas de la NASA es OSIRIS- REx. En el 2016 lanzaron una sonda espacial hacia el asteroide Bennu para que aterrizara, recogiera restos rocosos, despegara de nuevo y regresara a la Tierra para analizar los restos.
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Estas partículas llegaron en el 2023 y cada componente encontrado es un éxito para los científicos que analizan los elementos químicos de la roca estelar que da vueltas por el Sistema Solar.
De acuerdo con una reseña de Slash Gear, los análisis de los 120 gramos de rocas que analizan de Bennu contienen elementos que esperaban encontrar como carbono, nitrógeno y compuestos orgánicos. Sin embargo, también encontraron algo inesperado: fosfato de magnesio y sodio.
¿Qué significa esto? Que cada día son más las pruebas que determinan que el agua en nuestro planeta vino de una roca estelar que viajó cientos de millones de kilómetros para impactar y darnos los componentes de la formación del vital líquido.
“Las muestras de Bennu son rocas extraterrestres de una belleza fascinante. Cada semana, el análisis del equipo de análisis de muestras de OSIRIS-REx proporciona nuevos y, a veces, sorprendentes hallazgos que ayudan a establecer límites importantes sobre el origen y la evolución de los planetas similares a la Tierra”, dijo Harold Connolly, científico de la Universidad Rowan, Nueva Jersey, encargado del análisis de muestras de la misión OSIRIS-REx.
El agua en el Sistema Solar
No es la primera vez que encuentran fosfato en una roca espacial. La sonda espacial japonesa Hayabusa2 trajo la primera muestra del mundo de un asteroide llamado Ryugu en 2020, y en estos restos se detectaron componentes de fosfato. La diferencia con Bennu es que el grano es más sólido y tiene mucha más pureza.
“La presencia y el estado de los fosfatos, junto con otros elementos y compuestos en Bennu, sugieren un pasado acuoso para el asteroide. Bennu podría haber sido parte de un mundo más húmedo, aunque esta hipótesis requiere más investigación”, dijo Dante Lauretta de la Universidad de Arizona, investigador principal de OSIRIS-REx.
La idea de investigar Bennu es comprender la formación de planetas en el Sistema Solar. Tenemos alrededor de 4.500 millones de años de existencia, por lo que nuestro vecindario primitivo pudo ser muy diferente e incluso pudo haber tenido un mundo que albergara vida, así como el nuestro lo hace en la actualidad.