El Sistema Solar se mueve constantemente. Y es que cada día la Tierra cumple con sus movimientos de rotación y traslación, así como todos los otros astros en el firmamento.
En el caso de la Luna esto no es distinto. Uno de los logros de las misiones Apolo de la NASA en los 60′ fue la instalación de reflectores en la superficie lunar, lo que permitió que los astrónomos comenzaran a medir la distancia entre la Tierra y la Luna con una precisión milimétrica gracias a haces de rayos láser.
¿El resultado? Descubrir que cada día la Luna se aleja un poquito más de la Tierra.

¿La Luna se distancia de la Tierra?
Para ser precisos, cada año la Luna se aleja de nuestro planeta aproximadamente 3.78 centímetros, un fenómeno lento pero constante.
De hecho, cuando recién se formó la Luna, esta estaba mucho más cerca de la Tierra; aproximadamente 17 veces más cerca de lo que está hoy.
Es por eso que, según publica NatGeo, se estima que hace 1.400 millones de años los días terrestres habrían durado sólo 18 horas y no 24 como ahora.

Por qué se aleja la Luna
El mecanismo detrás de este alejamiento involucra la tercera ley de Newton sobre acción y reacción, así como la influencia de la rotación de la Tierra y la fuerza de rozamiento generada por los océanos.
En otras palabras, a medida que la Tierra gira más lentamente debido al rozamiento, la Luna, vinculada gravitacionalmente a la Tierra, experimenta una aceleración que aumenta la fuerza centrífuga, lo que la impulsa gradualmente hacia afuera en su órbita.
A pesar de que este proceso pueda parecer alarmante, que no cunda el pánico: en realidad es tan lento que no tendrá impactos notables en los próximos cientos de años.
Además, es probable que eventos cósmicos de mayor magnitud, como la transformación del Sol en un gigante rojo, ocurran mucho antes de que los efectos del alejamiento lunar sean evidentes.
