Durante una ceremonia de cambio de mando en la Base de la Fuerza Espacial Peterson en Colorado Springs el 10 de enero, los líderes militares estadounidenses reafirmaron su posición sobre la importancia del espacio como el campo de batalla del futuro.
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Durante la transición de liderazgo del general James Dickinson al general Stephen Whiting en el Comando Espacial de EE. UU., se destacó la creciente militarización del espacio, especialmente por parte de China y Rusia.
La subsecretaria de Defensa Kathleen Hicks señaló que ambos países están evolucionando sus doctrinas militares para extenderlas al espacio y desplegando capacidades que pueden apuntar a sistemas espaciales vitales, como el GPS.
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Hicks afirmó que estas acciones agresivas buscan convertir el espacio en un “dominio de guerra”. En respuesta, Estados Unidos reafirmó su compromiso con la disuasión, utilizando capacidades basadas en el espacio como elemento disuasorio.
Hicks subrayó que el conflicto no es inevitable y que Estados Unidos está comprometido a prevenirlo mediante la disuasión. También anunció un cambio en la estrategia, alejándose de satélites caros y adoptando constelaciones más pequeñas y de menor costo.
Esto permite una arquitectura distribuida, disuadiendo ataques a la infraestructura satelital. La dinámica industria espacial comercial de EE. UU., con empresas como SpaceX, juega un papel clave en este cambio.
El vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, el almirante Christopher Grady, destacó la importancia del espacio como el dominio más crítico para el ejército estadounidense. Señaló la participación vital de activos espaciales en conflictos recientes y afirmó que el espacio se ha convertido en el ámbito de guerra más esencial.
La Fuerza Espacial de EE. UU. ha estado realizando ejercicios de “combate en órbita” y expandiendo su capacidad para contrarrestar amenazas conocidas y desconocidas en el espacio. Mientras tanto, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) solicitó recientemente nuevas ideas para armas espaciales.
En resumen, Estados Unidos refuerza su postura en el espacio, priorizando la disuasión y adaptándose a los desarrollos de China y Rusia en este nuevo campo de batalla.