Nuestro sistema solar es apenas una diminuta fracción en la inmensa galaxia a la que pertenecemos, la Vía Láctea. Al lado de este cúmulo de estrellas y fenómenos espaciales impresionantes tenemos a la vecina, Andrómeda, de quien se estima, según los cálculos, que algún día chocará con nosotros o se fusionará.
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Por ahora no nos tendríamos que preocupar por nada. La velocidad a la que se acerca Andrómeda a la Vía Láctea es exageradamente lenta. Se estima que actualmente está a una distancia de 2.537 millones de años luz.
Y de acuerdo con los cálculos que realizan los científicos en todos los años que tenemos de existencia tan solo se logró acercar unos 900 años luz de distancia. Entonces, esa brecha entre ambas galaxias nos deja tranquilos a nosotros y a alguna posible civilización que viva en aquella región.
Andrómeda es perceptible visualmente en nuestro cielo nocturno. Diferentes fotógrafos, astrónomos y entusiastas del espacio la han capturado para dejar registro y, quizás algún día, poder demostrar la diferencia del tamaño de lo que vemos hoy comparado con un futuro lejano.
El acercamiento de Andrómeda
De acuerdo con lo que reseña el portal Astro Lover, la galaxia Andrómeda recorre su camino hacia nosotros a una velocidad equivalente a 110 kilómetros por hora.
Lo que todavía no se puede estimar es si una de las dos galaxias va a consumir a la otra a través de la fuerza gravitacional o si, por contrario, van a colisionar de forma irremediable.
La preocupación debe ser mínima. Los cálculos científicos esto debería ocurrir dentro de unos 3 mil o 5 mil millones de años. Estudios de expertos en la materia estiman que Andrómeda es el doble de grande que la Vía Láctea. Explican que dentro de dicho cúmulo habitan aproximadamente un billón de estrellas masivas.
