Cuando Dragon Ball Z arrancó, la escala de poder todavía era comprensible: los personajes podían destruir montañas, sí, pero el planeta seguía relativamente a salvo. Todo cambió con la llegada de Raditz, y de ahí en adelante, los niveles de poder se dispararon al infinito y más allá. Pero en ese punto de partida, había un grupo que destacaba. Este es el ranking de los más poderosos en el primer tramo de la serie.
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Goku (nivel de poder: 416)
Nuestro protagonista arrancó fuerte... hasta que Raditz le mostró lo que es una diferencia de clase galáctica. Goku seguía siendo el más fuerte del planeta (junto con Piccoro), pero su fuerza se quedaba corta frente al nuevo enemigo.
Eso sí, al quitarse la ropa con peso y usar su mejor Kamehameha, lograba superar los 900. Nada mal… hasta que descubrimos que Raditz tenía más de 1.200.
Piccoro (nivel de poder: 408)
Piccolo se había pasado los últimos años entrenando en soledad y rumiando su odio hacia Goku. Y aunque nunca logró su venganza, terminó siendo su aliado en la primera gran batalla de la serie.
Su nuevo ataque, el Makkankosappo, fue clave para derrotar a Raditz, y su poder estaba a la par de Goku. Eso sí, todavía estaba muy lejos de lo que vendría con los Saiyajin de verdad.
Raditz (nivel de poder: 1.500)
El primer gran villano de Dragon Ball Z llegó con un nivel de poder fuera de escala para la Tierra. Más de tres veces más fuerte que Goku y Piccolo juntos. Fue un shock para todos, incluyendo a los espectadores. Su aparición marcó el inicio de una nueva era, donde los humanos ya no eran el techo de poder... sino el piso.
Tien Shinhan (nivel de poder: 250)
Tien era el humano más fuerte en ese momento, aunque ya se notaba que el universo lo iba a dejar atrás. Aun así, mantenía su lugar en el equipo por pura fuerza de voluntad (y por su técnica del clon, claro). No apareció en la batalla contra Raditz, pero cuando llegaron Nappa y Vegeta, fue uno de los primeros en salir a pelear.
Krilin (nivel de poder: 206)
Krilin ya había dejado de ser solo el mejor amigo de Goku. Era uno de los luchadores más experimentados del grupo, y aunque Raditz lo despachó sin esfuerzo, en el fondo sabíamos que Krilin no se iba a rendir tan fácil. Después de entrenar con Kami, terminó aportando bastante contra los Saiyajin.
Yajirobe (nivel de poder: 195)
Puede que se pasara el 90% del tiempo comiendo, pero cuando hacía falta, Yajirobe sabía sacar la espada. De hecho, fue él quien le cortó la cola a Vegeta cuando se transformó en mono gigante. Su poder era respetable, aunque su espíritu de lucha… no tanto.
Yamcha (nivel de poder: 177)
Ah, Yamcha. Siempre quiso estar a la altura, pero nunca terminó de llegar. Ya desde el arranque de DBZ se notaba que iba a sufrir. Su nivel de poder estaba por debajo de Krilin y Tien, y aunque sus técnicas eran llamativas (¡ese Puño Colmillo de Lobo!), lo recordamos más por su infame encuentro con un Saibaman que por sus victorias.
Chiaotzu (nivel de poder: 160)
Siempre fue un personaje más de apoyo que de ataque. Su poder psíquico le daba cierta ventaja, pero en la práctica, no podía hacer mucho contra enemigos de verdad. Incluso su intento de autodestrucción contra Nappa fue… en vano.
Maestro Roshi (nivel de poder: 139)
El maestro de maestros seguía siendo fuerte para los estándares humanos, pero ya estaba más cerca del retiro espiritual que del campo de batalla. Aun así, no olvidemos que es uno de los pocos humanos que puede destruir la Luna si se lo propone.
Gohan (nivel de poder: 3 a 1307… según su humor)
Gohan era un niño al inicio de Dragon Ball Z, pero uno con potencial oculto. Normalmente tenía un nivel de poder de solo 3. Sí, 3. Pero si lo hacías enojar (como Raditz descubrió por las malas), podía dispararse hasta más de 1300. Era un bebé bomba de tiempo, y todos lo sabían.
Un punto de partida… que ya era espectacular
Aunque estos niveles puedan parecer bajos comparados con lo que vendría después, el arranque de Dragon Ball Z fue explosivo. Enfrentamientos intensos, muertes inesperadas, y la revelación de que Goku venía del espacio.
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Este ranking marca el momento exacto en que Dragon Ball dejó de ser solo aventuras de artes marciales para convertirse en un fenómeno galáctico.
Y lo mejor… es que esto era solo el comienzo.