Ciencia

Lo que sabemos sobre la variante R.1 del coronavirus

La variante R.1 se detectó primero en Japón, pero ahora causó un brote en un asilo en EE. UU. Sin embargo sigue siendo sin ser una variante del coronavirus que deba preocuparnos demasiado.

Esta variante, se identificó por primera vez en Japón, pero recientemente ha causado varios contagios en un asilo en Kentucky, EE. UU.

Por supuesto que cada noticia sobre una nueva variante del coronavirus puede alarmarnos, sobre todo cuando pensamos que pudieran representar una mayor amenaza en cuanto a la cantidad de contagios o incluso a la gravedad. O que las vacunas dejen de ser eficaces.

Pero antes de entrar en pánico, tenemos que analizar el alcance que tienen estas variantes. Si hay una variante de preocupación real que está por todo el mundo y que ha causado muchos contagios es la variante Delta, que por ahora sigue siendo la variante predominante.

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Eso no impide que el coronavirus siga mutando y aparezcan otras variantes, como esta que  apareció en Japón, pero que ya se ha detectado en otras partes del mundo.

Letras y mutaciones

Desde que inició la pandemia por el coronavirus, todos estamos en cierto estado de alerta. Pero posiblemente nos preocupamos más cuando nos enteramos de que el SARS-CoV-2 podía mutar.

Sin embargo eso no es una novedad para los virus, todos ellos pueden tener mutaciones, que no son sino errores de copiado del material genético.

El problema es cuando esos errores le dan una ventaja al virus: por ejemplo que lo hagan más fácilmente transmisible.

Eso fue lo que pasó con Delta, una de las variantes del coronavirus que ha llegado a dominar en buena parte del mundo porque es más contagiosa que el virus original o que otras variantes.

Para las variantes del SARS-CoV-2 la Organización Mundial de la Salud ha establecido ciertas clasificaciones.

Son variantes de interés, aquellas en las que se identifican mutaciones que pueden cambiar las características del virus, de tal forma que pudieran hacerlo más transmisible, o más grave o incluso que pudiera evadir la inmunidad. Sumado a que la variante esté presente en diferentes comunidades por el mundo. Actualmente las variantes Lambda y Mu caen en esta categoría.

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Cuando se tienen evidencias de que una variante realmente es más infecciosa o más grave, además de que está muy extendida, entonces es una variante de preocupación, como ha pasado con Alpha, Beta, Gamma y Delta.

¿Cuánto interés o preocupación requiere la variante R.1?

Por ahora R.1 no es una variante de preocupación, ni siquiera de interés, por esa razón no se le ha asignado el nombre de ninguna letra griega por el momento, como sí pasa con otras variantes.

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Además, aunque la noticia de los contagios en un asilo de EE. UU. sea muy reciente, en realidad esta variante se identificó desde enero de este año y se comenzó a vigilar en abril.

R.1 sigue siendo una variante bajo monitoreo, otra clasificación que da la OMS a las variantes en las que se identifica algo que pudiera implicar un riesgo en el futuro, es decir que podrían volverse de interés o de preocupación, pero también simplemente quedarse registradas.

Esto quiere decir que no existen evidencias suficientes de que R.1 pueda ser una variante más peligrosa o contagiosa. En parte porque Delta domina, pero podría ser que las mutaciones con las que cuenta no la hagan más dañina.

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Las variantes del SARS-CoV-2 seguirán surgiendo mientras haya contagios, pues en cada oportunidad que tiene el coronavirus de copiarse, existen las posibilidades de mutación.

Lo que nos queda es no alarmarnos, pero seguir con las medidas que sabemos que son efectivas contra cualquier variante: evitar espacios cerrados sin ventilación y usar mascarilla en sitios públicos. Además de vacunarnos, cuando tengamos oportunidad.

Solo así podremos detener la proliferación de variantes y la pandemia.

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