Estudios

Estudio demuestra que los lobos no reaccionan igual que los perros aun siendo criados en entornos humanos

Los lobos criados por humanos durante toda su vida, no hicieron tareas que los perros si lograron sin ningún tipo de entrenamiento.

Los lobos son sinduda alguna los primos rebeldes y salvajes que tienen los perros. Se trasladan, en su mayoría, por lugares gélidos y en manadas. Son carnívoros por instinto y debido a su parecido con el mejor amigo del hombre, se tenía una vieja creencia que, si se criaban en un entorno humano, su comportamiento iba a ser similar al de los animales domésticos.

Sin embargo, un reciente estudio hizo el experimento y la realidad es que no. El instinto de los lobos es independiente y el de los perros es más obediente a los mandatos de una persona.

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Los registros que la ciencia tiene de la unión de los perros con los humanos es de hace 14 mil años, aproximadamente. Durante todo este tiempo, los animales domésticos ya vienen de nacimiento preparados para ser compañeros habituales del hombre, encuentra el estudio que reseña Slash Gear.

Y para probarlo hicieron un interesante experimento con un grupo de perros y lobos por separado. En primer lugar a los lobos, con solo días de nacimiento, los criaron en un entorno totalmente dependiente de los humanos. Mientras que, a los cuadrúpedos dóciles, los dejaron que se desarrollaran sin mucha presencia humana.

La diferencia de los lobos y los perros

La crianza de los perros fue independiente. Los dotaron de comida y condiciones necesarias para vivir, pero sin relación de afecto con las personas cercanas que integraban el estudio.

Todo lo contrario a los lobos. Los humanos que los criaron ejecutaron funciones como darles comida de la mano o dejarlos dormir con sus amos en la misma cama.

Resultados del estudio

El portal citado publica que el estudio fue desarrollado por científicos de la Universidad de Duke. Para el experimento se tomaron 44 perros y 37 cachorros de lobos. Todos fueron sometidos a las prácticas que se mencionaron cuando apenas tenían 24 horas de nacidos.

Entonces, después de cinco a 18 semanas de crecimiento, iniciaron las pruebas. Una era colocar dos tazas y en una esconder una golosina. El perro o cachorro tenía que ir a buscar la opción correcta con la ayuda del humano que le señalaba y miraba hacia dónde tenía que ir.

Un total de 17 de los perros, que apenas tenían ocho semanas de nacidos, comprendieron hacia donde tenían que ir, debido a que el humano estaba apuntando. Pero ninguno de los cachorros de lobos, que tuvieron crianza de personas, comprendió hacia donde tenía que buscar.

Los científicos explican que los perros cumplen un patrón o fenómeno que ya viene en su desarrollo cognitivo, que no es que entienden lo que el humano les está diciendo. Sino que miles de años juntos los preparó para inferir lo que su fiel amigo necesita de él. Los perros ven a sus amos como parte de su «manada» o familia.

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