No han sido días fáciles para Apple. Desde que admitieron que ralentizaban los iPhone más antiguos a propósito “para prevenir que se apagaran”, las dudas de diferentes organismos internacionales se han acrecentado frente a los de Cupertino.
En un principio Francia exigió explicaciones a la compañía de Tim Cook, para ser seguidos por China, uno de los mercados más importantes para esta empresa. Es así como diferentes gobiernos del mundo han puesto a Apple en la mira.
Ahora, de acuerdo a lo informado por Reuters, Corea del Sur, el país natal de Samsung y LG son los próximos en la fila. Aquí se les acusa abiertamente de acortar la vida de sus aparatos, bajo el modelo de destrucción de la propiedad y fraude.
Mientras tanto en Italia el Departamento Antimonopolio abrió un alegato contra Samsung y Apple por obsolescencia programada, bajo la acusación de que “empujan deliberadamente a sus clientes a comprar nuevos aparatos bajando el rendimiento de los actuales”
Acusaciones no menores hacia el Apple Park, donde ya buscan soluciones y prometen que en la próxima actualización, los usuarios tendrán control sobre la batería de sus terminales, pudiendo elegir rendimiento a cambio de que el equipo se pueda apagar, o cuidar la batería corriendo todo más lento.
