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Netflix: la empresa que todos sueñan comprar

Una vez más, reina el rumor de que Amazon quiere comprar Netflix. En este artículo veremos los pro, los contras y los otros interesados en hacerse con el líder de los arriendos de películas.

El teorema de la modelo en el bar

Una vez hablando de algo nada que ver, un conocido comparó a su empresa, y la incapacidad de levantar capital, con una modelo en un bar. Hay una chica preciosa en la barra y evidentemente está sola. Nadie se acerca porque, bueno, es demasiado bonita y tenemos miedo al rechazo.

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Es más, empezamos a preguntarnos qué hace tan sola. ¿Espera a alguien? Mejor no le hablo. Mal que mal, si fuera abordable, ya otro lo hubiera hecho. ¿Realmente soy mejor que cualquier otro hombre en el bar? Lo dudo, y está sola es que otros mejores que yo intentaron invitarle un trago o entablar conversación y fueron rechazados, a lo mejor humillados, hicieron el ridículo frente a todos los otros hombres que están mirando a la modelo y contuvieron la respiración al verlo acercarse, para soltar luego una risotada al verlo dejarla derrotado. Ni modo, no pienso hablarle.

Al final la rubia se va sola del bar, y en toda la noche nadie le dirigió la palabra.

No vamos a decir que el caso de Netflix es igual que el de la modelo en el bar, primero porque muchos le han dirigido la palabra. Han entablado alianzas y ganado dinero juntos. Netflix por sí solo es, en la práctica, una gran central de acuerdos, que pasaremos a contarte a continuación.

Netflix, su negocio y sus méritos

El negocio de Netflix corre hoy por dos vertientes. Una de ellas es el arriendo de películas y otra el streaming de películas por Internet.

Para el arriendo de DVDs y Blu Ray lo que hacen es enviar películas por correo a tu casa, desde más de 50 centros de despacho en los Estados Unidos. Cuando la devuelves te mandan otra. Cada cliente mantiene una lista de películas que quiere ver (Rental Queue) y de esa lista le van mandando títulos a medida que los ve y los devuelve  usando el sobre prepagado que trae cada disco.  Dependiendo del plan, puede que tengas derecho a tener entre una y 8 películas al mismo tiempo, aunque el plan más popular es pagar USD 17 al mes para tener hasta 3 títulos al mismo tiempo con infinitos recambios. Si quieres ver 100 películas sigue costando USD 17, claro que por el retraso en el envío y recepción de películas por correo en realidad dudo que eso sea practicable.

Para el streaming de películas por internet el sistema no es muy distinto, salvo claro que no te llegan las películas por correo ni las tienes que devolver. Simplemente no recibes ninguna copia asi que no tienes cómo retenerla. En particular, para este sistema Netflix desarrolló una cajita llamada Roku, que hace de intermediario entre la internet y la TV. No baja y reproduce la película, sino que la muestra directamente. Ni siquiera tiene disco duro: con sólo 32MB de memoria le alcanza para hacer su pega. Mr Chips la probó en FayerWayer el año pasado.

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Junto con el Roku, Netflix ha cerrado interesantes acuerdos con otros fabricantes para reproducir su videoteca en línea: el Xbox 360 ofrece el catálogo a los suscriptores de Xbox Live. Algunos modelos de DVDs, Blu Ray players y LCDs de LG también son compatibles, y el último rumor es que la Nintendo Wii también soportaría esa conexión.

Netflix no está haciendo nada que otros no hayan hecho antes. Blockbuster campeó en el mercado del arriendo de películas cuando Netflix todavía no existía, pero Netflix los madrugó con el concepto de “All you can see” para el arriendo de películas directo a tu puerta. Youtube campeaba en la entrega de videos online cuando Netflix recién anunció que empezaría a entregar contenido online, pero mientras Youtube ha sido una y otra vez demandado por los estudios y productoras, Netflix es el mejor amigo de éstos por una razón muy simple: hubo una época en que era el cliente que más DVDs compraba.

Actualmente, entre el público de su negocio por correo y su audiencia online, Netflix tiene 10 millones de suscriptores. No son como el público casual de Youtube, o el que entra a un WalMart y nunca vuelve. Son 10 millones de clientes que mensualmente pagan una cantidad que va entre los USD 5 y los USD 50, leales y para más remate, felices con su proveedor.

Amazon, el principal interesado

Hay una amplia gama de razones por las que Amazon debiera estar interesado en Netflix, y todos lo tienen más o menos presente asi que es un rumor que emerge cada cierto tiempo. Cuando eso pasa, no sólo suben las acciones de Netflix (lo cual es bastante lógico) sino también las de Amazon, lo cual demuestra que todo el mundo ve la mezcla como sinérgica, una situación win-win.

Para empezar, ambas compañías son cada una el reflejo de la otra en sus respectivos mercados: reinventaron la manera de ofrecer y entregar el producto, destronaron a los que lideraban ese mercado gracias a una estructura de costos y precios evolucionada. Pero si nos remitimos a la web,  Amazon le lleva ventaja a Netflix en la plataforma online.

En un mundo en donde el ancho de banda promedio de las conexioens caseras permite cada vez con más facilidad la entrega de video online, está bastante claro que la internet es el canal hacia donde evolucionará la entrega de películas, en desmedro de el arriendo físico o por correo. Ya que esta es la realidad hay que preguntarse entonces quien lo puede hacer mejor. ¿Apple que tiene la mejor tienda de música online? ¿Amazon que tiene 40.000 películas en su catálogo,  la mejor red de distribución y posiblemente sea el mayor eTailer del planeta? ¿Netflix que tiene 10 millones de suscritos?  ¿Microsoft que tiene el dinero para empujar la idea? ¿Google que tiene desde ya el mayor sitio de videos online y más ancho de banda que todos los otros juntos?

No estoy seguro de la respuesta, pero francamente, si juntamos la experiencia de Amazon entregando contenidos y productos, con 10 millones de suscriptores probablemente dispuestos a confiar casi exclusivamente en el modelo online, y pensamos que ese modelo online ya no estará alojado en un proveedor externo (como está ahora en Level 3) sino en la misma solución CDN (Content Delivery Network) de Amazon,  la poderosa red Cloudfront, me da la idea que puede salir de ahí una tremenda red de distribución de contenido pagado, que además contará con un catálogo muy completo y la anuencia de los grandes estudios y las productoras.

Pero vayamos un poco más lejos. Amazon ya tiene el Kindle y este año vendió más libros en formato eBook que en papel, así que no hay razones para pensar que vaya a echar pie atrás en lo que es entrega dgital de contenidos. Sabiendo que Apple tiene en camino un tablet, que según todos los antecedentes puede reproducir no sólo eBooks sino video HD, eventualmente Amazon aprovechará su experiencia en la electrónica de consumo para sacar un Kindle Video o arrendar eBooks como en una suerte de biblioteca pagada.

En resumen, la unión de Amazon y Netflix generaría un gigante de los medios que, bien manejado, podría reinventar le negocio y la oferta para todos los consumidores. Primero a nivel estadounidense y luego mundial. Por otro lado, también Amazon podría mantener las cosas justo como están ahora o sencillamente manejar mal la dupla y echar a perder ambas unidades. Sea como sea, es algo que muchos analistas han analizado. Es lo que hacen los analistas, por eso se llaman así.

Si hay que mencionar un contra -siempre lo hay- es para los consumidores. Hasta hoy, el negocio de arriendo de películas online de Amazon es del tipo pay-per-view: pagas por cada título. Si acaso Amazon le pone las manos encima a Netflix es posible que el negocio de la tarifa plana y los arriendos ilimitados se acabe. Puede que incluso se acabe el sistema de envíos por correo y todo pase a ser una gran red de video Streaming/On Demand. Pero esto último es sólo una consideración alarmista… en realidad Amazon se autoinflingiría mucho daño si adquiriera Netflix sólo para destruir su unidad más rentable.

Otros interesados

En el pasado varios interesados se han acercado a la modelo del bar. El problema es que lo han hecho de la manera incorrecta. Tomemos por ejemplo a la principal cadena de electrónica de consumo, Best Buy.

A mediados del año pasado se dijo que Best Buy estaba interesado en Netflix. El problema es que una cosa de ese tipo hay que amarrarla de antemano en vez de ponerse a conversar con la prensa. Si me preguntan ahora, creo que fue solamente un gesto para transmitir a Blockbuster que, si compraban Circuit City, su mezcla de “electrónica de consumo + arriendo de películas” tendría que enfrentar a una dupla incluso más potente.

Netflix y Microsoft también han sonado como una dupla posible. Mal que mal, desde que la Xbox 360 se volvió capaz de reproducir los videos de Netflix, la aplicación que lo permite se ha convertido en una de las más populares de Xbox Live, al tiempo que ha dado a Netflix acceso a parte de la audiencia de la consola de Microsoft, no menor a 12 millones de jugadores que cuando terminan el Modern Warfare 2 se relajan viendo una película.  Ahora bien, ¿Por qué Microsoft no ha dado el paso? Básicamente porque la verdadera razón por la que necesitaría hacerse de Netflix es por el negocio de video online: Microsoft no tiene nada con qué competir con Youtube y se quedó abajo de Hulu en su momento.

Pues bien: comprar la totalidad de Netflix para hacerse con una unidad menor como es el streaming de video no es muy eficaz, pero al mismo tiempo Netflix no vendería sólo ese pedazo a sabiendas de que los DVDs y eventualmente los Blu Ray físicos pasarán a mejor vida en pocos años. Mientras Netflix tiene apenas 10.000 títulos en su biblioteca online (mayoritariamente clásicos) tiene no menos de 100.000 en su catálogo físico incluyendo los últimos estrenos. Hasta que éstos lleguen al formato online podríamos suponer que Microsoft no los comprará.

Cuando citamos el catálogo Online es necesario volver a mencionar a Amazon, quien tiene unos 40.000 títulos en su red de video On Demand, entre los cuales hay estrenos realmente frescos. Pero también tenemos que mencionar a Apple, que pese a que tiene pocos títulos en iTunes ha logrado hacer buenas alianzas en este formato con los estudios Hollywoodenses.

Netflix y Apple no suenan como una dupla muy probable, pero no es para nada imposible. A diferencia de Microsoft, iTunes ya tiene una red de contenido, un canal de distribución y ancho de banda para dar y regalar. Lo que necesita no es el negocio de las películas online (aunque sí agradecería un mejor catálogo) sino la base de suscriptores. Esos millones de usuarios de Netflix son, a semejanza del caso Amazon, lo que Apple sí podría ocupar, potenciarlo con iTunes, hacer del Roku y el Apple TV primos hermanos… ya me entienden.

Finalmente, otro interesado que ha sonado antes es Comcast. El gigante de la TV por cable ofrece, como ofrecen actualmente otros proveedores en el mundo, la tecnología VOD o Video on Demand, que usa una cajita como intermediario entre la red digital del cableoperador y la TV. Este negocio es tan parecido a lo que hace Netflix con el Roku que para ellos sería casi transparente absorber los 10 millones de clientes de Netflix, añadirlos a su conjunto de 30 y algo millones, y armarles paquetes en donde pagando un poco más podrían fundir los servicios de películas en queue con la TV por cable.

Es ahora o nunca

Evaluando todos los potenciales interesados, creo que es evidente que el mejor candidato es Amazon: tiene un modelo de negocios 100% compatible y una cultura organizacional similar. Sin embargo hay dos razones que no mencionamos en el acápite anterior y son en realidad la razón por la que Amazon no ha dado el paso.

Lo importante, y lo intentaré explicar en esta última parte, es que, como decía Elvis, “It’s now or never”,  porque “tomorrow will be too late”. Es exactamente lo que le pasa a Amazon con Netflix. La compañía de Jeff Bezos no es muy aficionada a las grandes adquisiciones: las veces que ha comprado otras compañías siempre son compras del orden de los centenares de millones de dólares (una ganga eh), pero Netflix le saldría mucho más caro. Sin embargo, si no lo hace ahora mañana será peor. Cuando los rumores sonaron con más fuerza, en julio de este año, la capitalización bursátil de Netflix (el valor de la acción por la cantidad de acciones) sumaba menos de USD 2.500 millones. Medio año después tenemos que el número va en los 3.100 millones. Si siguen esperando Netflix costará 4 y luego 5 mil millones. Eventualmente se hará demasiado caro para que Amazon lo compre.

¿Qué detiene entonces a Amazon? Bueno, primero que nada, en tiempos de crisis no es llegar y endeudarse por 3.000 millones ni tirar canjes de acciones a la parrilla. La liquidez no la tienen (y si la tuviesen estarían locos de no tener esos USD 3.000 millones invertidos en algo) y los canjes de acciones en general son negociaciones largas y complicadas, en atención a que el valor de una acción puede estar fuertemente inflado y la otra parte querrá transarlo con un descuento, o bien está subvalorado y una de las partes quiere un premio suculento como ocurrió con Microsoft – Yahoo.

Pero el intercambio de platas no es lo que detiene realmente a Amazon. Todo el mundo sabe que lo que detiene a Amazon de comprar negocios exitosos (no sólo Netflix) es su presencia física en algunos estados, porque esto los obligaría a pagar impuestos en esos estados. Me explico: actualmente Amazon tiene sus oficinas en Seattle, y en Seattle paga impuestos. Pero cuando vende un disco o un libro que va a parar a New York, por ejemplo, no le paga IVA al estado de New York, sino que le endilga esa responsabilidad al comprador. Debido a un vacío legal, aunque efectivamente el comprador debiera rendir esos impuestos en realidad nadie lo hace ni hay cómo obligarlos. Justamente por eso, New York está intentando cambiar la reglamentación para poder cobrar impuestos a Amazon de todos modos. Amazon apeló y esa decisión está entrampada en las cortes.

Tenemos entonces que Amazon no ha comprado Netflix porque Netflix tiene oficinas en todos los estados en donde entrega DVDs a domicilio, y esos estados tendrían entonces la razón ideal para cobrarle impuestos a Amazon por cualquier venta -no sólo por los arriendos de DVDs- por lo que al comprar Netflix no sólo absorbería los impuestos de su nueva filial, sino que cargaría con una nueva salida proveniente de sus propias ventas. Es más: si Amazon tuviera que pagar impuestos como una tienda cualquiera, tal vez no podría competir en precio con cadenas tradicionales.

Actualmente, Amazon tiene oficinas en una docena de estados, pero sólo paga impuestos en cuatro o cinco. En el resto, tienen subsidiarias que les pertenecen al 100% pero constituyen otra persona jurídica, lo que formalmente no es tener presencia física en esos estados. El ahorrarse impuestos en ellos le significa poder recortar entre 5 y 10% al precio ofrecido, dándoles una ventaja que algunos consideran injustas sobre sus competidores.

Pero bueno, ya dijimos que New York está intentando cambiar las reglas del juego. Eventualmente les podría resultar, y otros estados los imitarían. Amazon podría terminar obligado a pagar impuestos de aquí a un par de años, sobretodo ahora que están los Demócratas en el gobierno, conocidos por ejercer mayor control estatal a nivel impositivo. Y si de pronto Amazon se encuentra en mitad del año 2011, sin Netflix y pagando impuestos, ¿No creen ustedes que se arrepentirá de haber dejado pasar la oportunidad?

Bibliografía

Amazon Buys Netflix? Microsoft Is a Much Better Guess as a Potential Acquirer. (BoomTown)
An Amazon-Owned Netflix: Good and Bad (PCWorld)
Netflix Rises on Speculation of Amazon.com Buyout (Bloomberg)
Xbox LIVE Update (Xbox.com)
Netflix Options Jump On Takeover Rumors (Silicon Alley Insider)
Apple, Not Amazon, Should Buy Netflix
(Peridot Capitalist)
Enough Waiting — It’s Time for Amazon to Buy Netflix
(Giga OM)
Comcast Should Buy Netflix Instead Of NBC (Silicon Alley Insider)
Sorry, Shoppers, but Why Can’t Amazon Collect More Tax? (Digital Domain)
Level 3 Closing CDN Deals: Netflix, FOX, Microsoft, Comcast, CNN and Others (Business of Video)




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