La fiebre de la inteligencia artificial no solo se mide en GPUs y centros de datos mastodónticos. También se nota, y mucho, en el bolsillo de quien solo quiere jugar tranquilo o trabajar en su PC. La RAM DDR5 está más cara que nunca, y buena parte del problema viene de que los grandes fabricantes están desviando producción para alimentar la IA y sus ansias de datos.
Te puede interesar: [¿Tiembla Elon Musk? La competencia de Starlink promete la antena de internet satelital “Más rápida del mundo”]
Resultado: el usuario de a pie se encuentra con precios dignos de consola… solo para ampliar memoria.
Hace menos de un año, un kit de 32 GB DDR5 a 6.000 MHz —el estándar razonable hoy en día— se podía conseguir por unos 120 euros sin demasiada búsqueda.
Ahora, ese mismo kit prácticamente ha duplicado su precio: encontrarlo por menos de 200 euros es casi un milagro, Black Friday incluido. Y eso es solo el calentamiento.
64 GB de RAM… o una PS5 con lector
El golpe verdaderamente duro llega cuando se mira la gama alta “doméstica”: 64 GB de RAM. No es una cifra descabellada: entre juegos cada vez más tragones, aplicaciones creativas y Chrome haciendo de las suyas, tener 64 GB hace que el PC respire mucho mejor.
El problema es que el precio se ha ido a otro planeta. Uno de los kits DDR5 6.000 MHz de 64 GB más baratos que se pueden encontrar ronda los 516 euros. Hace nada costaba menos de 300. Hoy, con ese dinero, puedes:
- Comprar una PS5 Slim Digital por 349 € y todavía te sobra para juegos.
- O una PS5 con lector de discos por 449 €.
- Y, si añades unos 180 €, te plantas directamente en una PS5 Pro.
Sí: 64 GB de RAM estándar ya juegan en la misma liga de precio que una consola de nueva generación.
La PC Master Race se topa con la realidad
Si las tarjetas gráficas ya habían convertido al PC gaming en un hobby caro, la subida de la RAM termina de complicar el panorama. Montar un PC básico, de gama de entrada, se acerca peligrosamente a la barrera de los 1.000 euros.
Y si el objetivo es un equipo gaming “en condiciones”, con una gráfica decente y 32 GB de RAM como mínimo, la factura se dispara fácilmente a los 1.500 euros o más. Mientras tanto, una consola ofrece:
- Hardware cerrado pero competente.
- Catálogo optimizado.
- Y un precio mucho más predecible.
A los defensores de la PC Gaming Master Race les dolerá admitirlo, pero ahora mismo sale más rentable comprarse una consola para jugar que montar un PC desde cero.
¿Cuándo se estabilizarán los precios?
La mala noticia: la previsión actual es que la RAM (y también los SSD) sigan subiendo de precio, al menos hasta el primer trimestre del año que viene. La buena: si todo va bien, el mercado podría empezar a estabilizarse de cara al verano.
Hasta entonces, cualquiera que esté pensando en actualizar su equipo tendrá que hacer números:
- ¿Invertir una pequeña fortuna en RAM y seguir fiel al PC?
- ¿O aprovechar las ofertas y dar el salto a una consola, al menos para jugar?
Te puede interesar: [Nokia planea entrar con todo en la competencia por la IA: Este es su plan]
Lo único claro es que, por culpa del tsunami de la inteligencia artificial, la memoria RAM ha pasado de ser un simple componente más a convertirse en un lujo tecnológico, casi al nivel de una PS5 recién salida de la estantería.