“No te arriesgues”. Esa frase que suena como sentido común, para Bill Gates es posiblemente el peor consejo que puedes recibir. Así lo dijo con total claridad en una entrevista reciente en el pódcast On Purpose de Jay Shetty, donde habló sobre cómo el riesgo no solo es necesario, sino también inevitable para quien quiera avanzar en la vida.
Te puede interesar: [Elon Musk reveló cuál es su mayo preocupación hoy por hoy, y no son sus empresas]
Gates recordó su propia experiencia: abandonó Harvard para fundar Microsoft, una decisión que muchos consideraron temeraria. Pero él lo vio como un riesgo controlado: si fracasaba, podía volver a estudiar sin grandes consecuencias.
Para él, ese fue un ejemplo claro de cuándo arriesgar puede ser una gran oportunidad, no una amenaza.
El verdadero riesgo llegó después
Curiosamente, Gates no sintió verdadero vértigo al dejar la universidad. Su primer gran miedo llegó cuando empezó a contratar empleados. “Cuando alguien se mudaba con su familia y tenía hijos, ahí entendí lo serio que era todo”, confesó.
Es en ese punto donde el riesgo deja de ser personal y adquiere una dimensión ética y social. Ya no se trataba solo de su futuro, sino del de personas que confiaban en su proyecto para mantener a sus familias. Según Gates, ahí es donde se aprende a valorar de verdad lo que significa tomar decisiones arriesgadas.
Sin riesgo, no hay innovación
Para Gates, el miedo al fracaso es uno de los mayores frenos a la innovación. Pero no se trata de lanzarse al vacío sin paracaídas. Lo que él defiende es el valor del riesgo calculado: tomar decisiones valientes con una estrategia clara detrás. Es, en sus palabras, el único camino para aprender, crecer y destacar.
“Si no arriesgas, no aprendes. Y si no aprendes, te estancas”, podría resumirse su filosofía.
¿Demasiada prudencia? El error moderno
El mensaje de Gates está dirigido especialmente a las nuevas generaciones, bombardeadas por la presión de no fallar y de tomar siempre decisiones “seguras”. En ese contexto, su postura se vuelve casi contracultural: equivocarse no solo es aceptable, es necesario.
Y no está solo. Muchos líderes tecnológicos comparten esta visión, incluyendo a su histórico “rival” Steve Jobs, a quien Gates ha elogiado por rodearse de talento y tomar decisiones arriesgadas que cambiaron la industria.
El riesgo como parte del ADN tecnológico
Esta defensa del riesgo se alinea con otras declaraciones recientes del propio Gates, quien ha llamado la atención sobre la falta de preparación política frente al avance de la inteligencia artificial.
Cree que los gobiernos deben anticiparse a los cambios que esta tecnología traerá, y que eso también implica atreverse a actuar antes de que sea “seguro” hacerlo.
Te puede interesar: [Mark Zuckerberg eleva la apuesta por la IA, pero debe enfrentar un gran problema]
En resumen, para Gates, si quieres dejar huella, el peor consejo que puedes seguir es quedarte quieto por miedo a fallar.

