El expresidente Donald Trump no está listo para cortar todos los lazos con Elon Musk… al menos no del todo. Aunque su amistad con el magnate de Tesla y SpaceX está más fría que un invierno en Marte, Trump aseguró que no planea desconectar Starlink en la Casa Blanca, ese servicio satelital que —irónicamente— lo mantiene bien conectado.
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“Tal vez mueva el Tesla un poco”, dijo Trump a los periodistas el lunes, “pero no creo que hagamos eso con Starlink. Es un buen servicio”. Lo dijo con su característico tono de “me peleo pero no tanto”.
Una Tesla presidencial… ¿en pausa?
Recordemos que Trump había comprado un flamante Tesla Model S rojo en marzo, como gesto de camaradería con su entonces aliado Musk.
Pero tras el cruce de dardos públicos del fin de semana pasado, un funcionario de la Casa Blanca deslizó que el auto podría tener los días contados en los jardines presidenciales.
Aun así, el coche seguía estacionado en la Casa Blanca durante el fin de semana, bien visible para quien quisiera leer entre líneas.
De “buenos amigos” a “buena suerte”
El sábado, Trump declaró sin rodeos que no piensa reconciliarse con Musk. Y aunque el lunes bajó un poco el tono —“Le deseo lo mejor”, dijo sobre Musk—, la grieta quedó marcada. Por su parte, Elon, siempre peculiar, respondió con un emoji de corazón a un video con esas declaraciones.
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La disputa explotó luego de que Musk calificara el nuevo proyecto fiscal de Trump como una “abominación repugnante”, lo que complicó el avance del proyecto “Big Beautiful Bill” en el Congreso, donde los republicanos caminan sobre una delgada línea mayoritaria.
¿Reconciliación en el horizonte?
Aunque Musk borró varios posteos críticos, incluyendo uno donde se abría a la idea de un “impeachment”, todo apunta a que el magnate podría estar suavizando su postura. Allegados aseguran que su enojo se está enfriando y no descartan que intente recomponer la relación.
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Por ahora, Starlink seguirá en el aire, el Tesla sigue encendido y... la novela continúa. ¿Habrá reconciliación? ¿O más drama digital?
