Puede que pienses que la inteligencia artificial solo sirve para responder preguntas raras a medianoche o para crear memes de gatos. Pero para Demis Hassabis, jefe de IA en Google y ex niño prodigio del ajedrez, es mucho más que eso.
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Su objetivo: construir una inteligencia artificial general (IAG), una mente digital capaz de hacer todo lo que hace un humano (y tal vez mejor).
Y sí, este tipo ya ganó un Nobel con AlphaFold, una IA que descifró estructuras de proteínas. Nada mal para un gamer que empezó diseñando videojuegos.
Del ajedrez a DeepMind: nivel jefe desbloqueado
Hassabis es como ese jugador que pasa de los torneos de ajedrez a hackear el universo. Fundó DeepMind, lo compró Google, y ahora dirige la fusión con Google Brain. ¿Su plan? Usar el “modo videojuego” para resolver la vida real.
La IAG: ¿Utopía o apocalipsis?
Según él, podríamos tener IAG en 5 a 10 años. ¿Una superinteligencia que programe su propia versión en 24 horas? Es posible, aunque cree que el cambio será más gradual. Eso sí, no se anda con rodeos: si los primeros sistemas son inseguros o tienen malos valores… podríamos estar en problemas.
¿Nos quitará el trabajo?
Tal vez sí. Pero, tranquilo: todavía habrá cosas que solo los humanos quieran hacer (como ser enfermeros o abrazar gatitos). Lo importante es que esta nueva era de abundancia podría cambiar cómo vivimos, si lo hacemos bien.
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Filosofía de bolsillo (de alguien que no necesita LSD)
Hassabis no necesita sustancias para ver el tejido del universo. Cree que la IA podría ayudarnos a entender la naturaleza de la realidad, el tiempo… e incluso inventar nuevas teorías científicas. Suena loco, pero ya resolvió un problema que mereció un Nobel.
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Google, Gemini y el juego infinito
¿El futuro de Google? Un asistente universal, que sea más útil que cualquier buscador o chatbot. Y sí, aprendieron la lección de los transformadores: esta vez, planean lanzar primero y preguntar después.