Durante el juicio antimonopolio que Meta enfrenta en Estados Unidos, la tensión subió varios niveles por un descuido aparentemente pequeño, pero que terminó molestando a gigantes como Apple, Google y Snap.
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¿La razón? Unas diapositivas que Meta presentó ante el tribunal y que tenían redacciones (tachaduras) demasiado fáciles de eliminar. Sí, eso que haces para ocultar texto y que nadie lo lea. Solo que… bueno, no funcionó.
Según The Verge, que tiene a su periodista Lauren Feiner dentro de la sala, los abogados de las tres compañías mostraron su total indignación, alegando que Meta puso en riesgo información interna que no debía ser pública.
El representante legal de Apple fue directo: “Este tipo de errores nos hacen dudar seriamente de volver a confiar en Meta con nuestra información”. Google también se quejó fuerte, alegando que sus propios datos pudieron haber quedado vulnerables por culpa del descuido.
Snap no se guardó nada
Pero quien tiró con todo fue el abogado de Snap, que calificó la actitud de Meta como “arrogante” e “indiferente” respecto a las otras empresas implicadas en el caso. También lanzó una indirecta bastante clara: “¿Hubieran sido igual de descuidados si se tratara de documentos de Meta?”.
La tensión ya venía escalando incluso antes de este lío con las redacciones. Snap ya había manifestado su incomodidad por ver información que consideraban confidencial en las declaraciones iniciales del juicio.
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Según el abogado de Meta, Mark Hansen, él no consideraba que se hubiera revelado nada especialmente sensible. Pero el equipo legal de Snap claramente no estuvo de acuerdo.
Cuando se le preguntó por qué Meta no le había avisado a Snap que incluiría ese material en las diapositivas, Hansen respondió que “no quería alertarlos porque Snap está trabajando con la FTC. Y además, son un competidor importante”.
O sea, sospechas de traición con un toque de paranoia empresarial, lo normal en estos niveles.
Nada explosivo, pero igual incómodo
Aunque los documentos sin censura no revelaron secretos tipo “nuclear codes”, sí incluían datos estratégicos.
Por ejemplo, que los usuarios de iPhone prefieren iMessage frente a las apps de mensajería de Meta o Snap, o que en 2020 Snapchat sentía la presión del crecimiento de TikTok y de las propias apps de Meta.
¿Información delicada? Tal vez no tanto. Pero para empresas que compiten en el mismo campo, estos datos forman parte de su estrategia y reputación. Y exponerlos —aunque sea por error— genera desconfianza.
El abogado de Snap incluso acusó a Meta de hablar abiertamente sobre evaluaciones competitivas que deberían haber sido privadas, justo durante el juicio.
¿Y ahora qué?
Meta intentó calmar las aguas proponiendo que las redacciones sean manejadas por un tercero independiente, fuera del equipo legal del juicio. Un intento de solución, aunque está por verse si las demás compañías aceptan.
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Por ahora, el juicio sigue, las tensiones crecen, y si algo queda claro, es que entre gigantes tecnológicos no hay margen para errores… ni tachaduras flojas.