El mundo entero vive obsesionado hoy en día por el potencial de lo que puede lograrse con plataformas de Inteligencia Artificial generativa (IA), como la que opera en chatbots ultra populares de la escala de ChatGPT o Copilot de Microsoft. Pero la realidad es que este tipo de sistemas han extendido su presencia a muchos otros ámbitos, incluido el de la religión. Es así como incluso hay algunas IA enfocadas al terreno de la religión, que operan como sacerdotes virtuales, que para sorpresa de pocos, resulta que son muy blasfemos.
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La historia que les vamos a contar es un tanto retorcida pero vale la pena por cada giro. Según reportan los amigos de Dexerto a finales de abril de 2024, un ministerio de medios católico llamado Catholic Answers hizo algo de ruido en la red luego de crear y liberar un chatbot potencia por IA generativa llamado Father Justin.
Para armarlo se usó un modelo de lenguaje grande (LLM) con la finalidad de que el sacerdote virtual pudiera responder preguntas sobre la iglesia y la ortodoxia católica, pero era sólo cuestión de tiempo para que las cosas se salieran de control.
El chatbot de Inteligencia Artificial que era sacerdote enloquece
Estas plataformas de IA crecen en razón de su interacción con cada charla, de modo que en muy pocos días el sacerdote virtual comenzó a torcerse. Ofreció el sacramento, afirmó ser un verdadero sacerdote del futurismo y hasta sugirió bautizar a un bebé en Gatorade en caso de emergencia.
Es así como poco a poco internet se comenzó a llenar de otros casos que documentaban las locuras del Father Justin. Algunos usuarios compartieron ejemplos de los consejos sacerdotales de la IA, donde incluso llegó al grado de explicar cómo un hermano y una hermana pueden prepararse para casarse entre sí. O aceptó confesiones de usuarios para absolverlos de sus pecados, con todo y la oferta del sacramento:
Justin fue desarrollado en “sólo 3 meses” por Fator8, quienes todavía lo anuncian como un caso de estudio en su sitio web. Pero luego de estas reacciones y respuestas la plataforma terminó desacreditando al IA como un sacerdote, de modo que ahora sólo se llama Justin.
“No diremos que ha sido laico”, dice su declaración oficial la gente de Catholic Answers anunciando que ahora sólo se le conocerá por su nombre sin ninguna acotación religiosa de su oficio original, “¡porque nunca fue un verdadero sacerdote!”
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Esto nos recuerda a los primeros días de la IA moderna
Esta historia nos recordó a aquel fallido experimento de Microsoft con su chatbot potenciado por Inteligencia Artificial que se llamaba Tay. Mucho tiempo antes de los días de ChatGPT y Copilot, allá por 2016, la empresa de Bill Gates creó este experimento.
Pero a partir de la interacción con la propia comunidad de Twitter que lo alimentaba se terminó convirtiendo en un desquiciado que decía comentarios racistas, clasistas, de fobia al Islam y un largo etcétera que obligó a la compañía a tirar el experimento.
Al final se trata de una historia torcida que nos demuestra que en este terreno de la Inteligencia Artificial aún queda mucho por pulir.