Donde hay una heladera hay un imán adornándola. Esa es una de las principales características de estos electrodomésticos alrededor del mundo. Lo sabemos porque es el único artículo que se repite en cualquier Duty Free de los aeropuertos internacionales.
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Mientras más viaja una persona, más imanes tiene pegado a su heladera. Sobre estos productos se han dicho cualquier cantidad de teorías, basadas en el trabajo magnético que hacen.
Existe la teoría que mientras más imanes tenga una heladera, mayor fuerza magnética produce y eso hace que el electrodoméstico trabaje más y que a la postre consuma más energía. Decir eso tiene lógica, pero eso no significa que se esté en lo correcto.
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El portal web del canal Caracol de Colombia acudió a un experto para conocer de primera mano la realidad sobre este asunto de los imanes en las heladeras.
Un experto de la Empresa Nacional de Electricidad en España (Endensa) asegura que no hay posibilidad de que un imán incremente el consumo de energía en una heladera (guiño, guiño). Afirma que “el mito es completamente falso”.
“Pueden poner sin preocupación sus imanes en la puerta de sus heladeras”, señala. “Todo en este mito es falso, incluyendo los estudios científicos que cita y la posibilidad de que estos mismos imanes sean perjudiciales para la comida que guardas en el frigo. La realidad es que los campos magnéticos de estos imanes son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la heladera”, apuntaron para desestimar a quienes decían que esto podría afectar a los alimentos guardados en su interior.