El misterio en torno al visitante interestelar 3I/ATLAS se profundiza. Astrofísicos han identificado una decimocuarta anomalía relacionada con la geometría de sus chorros de gas (jets) y su interacción con la luz solar.
El hallazgo desafía los modelos convencionales de cometas y reaviva el debate sobre si estamos ante un cuerpo natural o un objeto con características artificiales.
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La Anomalía 14: Un desafío a la geometría solar
Mientras el objeto 3I/ATLAS se aproxima a su punto más cercano a la Tierra, los análisis de telemetría y observación óptica han revelado un dato desconcertante. Se ha identificado lo que los científicos denominan la “Anomalía 14”, la cual se centra en la geometría de los chorros (jets) de eyección del objeto en relación con su posición respecto al Sol.
En un cometa estándar, la sublimación del hielo genera chorros de gas y polvo que siguen un patrón predecible basado en la radiación térmica solar. Sin embargo, 3I/ATLAS exhibe una desalineación persistente: sus chorros no parecen emanar de los puntos de mayor calor, sino que muestran una propulsión no gravitatoria que no coincide con la cantidad de polvo detectada. Este comportamiento sugiere que existe una fuerza adicional o una estructura interna que los modelos astrofísicos actuales no pueden explicar mediante la simple composición de hielo y roca.
¿Cuerpo natural o tecnología exótica?
Esta decimocuarta irregularidad se suma a una lista de comportamientos atípicos que incluyen su forma extremadamente inusual y su aceleración anómala. El debate científico se divide ahora en dos frentes.
Por un lado, la Hipótesis del “Hidrógeno Sólido”. Algunos astrónomos sugieren que el objeto podría estar compuesto de un material exótico, como hielo de hidrógeno, que se sublimaría sin dejar rastro de polvo visible, explicando la aceleración pero no necesariamente la geometría de los chorros.
Y por otro, la Hipótesis de la Vela Solar. Investigadores como Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, sostienen que estas 14 anomalías acumuladas son consistentes con un objeto de masa extremadamente baja y gran superficie, similar a una vela solar de origen artificial. Según esta visión, la Anomalía 14 sería una prueba más de una propulsión optimizada por la presión de radiación solar y no por la desgasificación de un cometa.
La importancia del monitoreo en tiempo real
La detección de esta nueva anomalía ocurre en un momento crítico, justo antes de su sobrevuelo del 19 de diciembre. Los científicos están utilizando esta ventana para realizar mediciones de espectroscopía de alta resolución, buscando rastros de vapor de agua o monóxido de carbono que confirmen el origen cometario.
Si los resultados continúan siendo negativos para los gases comunes, la Anomalía 14 podría convertirse en la pieza definitiva de evidencia que obligue a la comunidad científica a reconsiderar la clasificación de 3I/ATLAS. Por ahora, el objeto sigue siendo el visitante interestelar más estudiado y controvertido de la historia moderna, desafiando cada ley de la física planetaria que intentamos aplicarle.