Un nuevo estudio de la composición del cometa interestelar 3I/ATLAS ha sorprendido a la comunidad científica.
Su combinación de hielo de agua, granos metálicos y criovulcanismo lo convierte en una “olla química” que podría impulsar la aparición de vida en otros mundos. Expertos sugieren que el objeto es una cápsula prístina que corrobora la química de la vida en la galaxia.

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Un cometa “Primitivo” y su composición inusual
El cometa 3I/ATLAS, el tercer visitante conocido de fuera de nuestro sistema solar, ha sido objeto de un nuevo estudio que confirma su naturaleza, pero destaca características únicas. Si bien el objeto se asemeja a los cometas transneptunianos de nuestro sistema, se distingue por dos atributos clave. Lo primero, es que ha permanecido sin haber sido alterado o “cocinado” por el Sol, preservando su composición original desde su formación en un distante sistema estelar.
Además, posee una cantidad significativa de hielo de agua (el solvente de la vida) y granos metálicos. Esta combinación es la llave de su comportamiento químico anómalo.

Josep M. Trigo Rodríguez, investigador principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE – CSIC), destaca que esta composición demuestra que la química que da origen a los planetas y a la vida “suele reproducirse” en el universo.
La corrosión extensiva: Criovulcanismo y níquel
Las características más sorprendentes del 3I/ATLAS, como su repentino aumento de luminosidad y la presencia de gases y elementos químicos inusuales, se explican por procesos internos altamente reactivos.
A medida que el cometa se acerca al Sol, el hielo seco se sublima intensamente. Esto provoca que un material líquido de carácter oxidante (agua caliente) penetre en el interior del objeto.
El agua caliente comienza a interactuar y corroer los granos metálicos y los sulfuros de hierro preservados en su núcleo.

También consideraron el Criovulcanismo Catalítico. Este proceso de corrosión extensiva desencadena el criovulcanismo (erupción de materiales volátiles en lugar de lava) y favorece una reacción conocida como Fischer-Tropsch. Esta reacción permite que los compuestos orgánicos complejos sufran catálisis, lo que explica la alta emisión de elementos como el níquel detectado en su coma.
El cometa como motor de la panspermia (La conclusión científica)
La conclusión del estudio es que esta “olla química” viajera lo convierte en un potencial agente de propagación de la vida, reafirmando la teoría de la panspermia (vida que se propaga por el cosmos).
Trigo Rodríguez concluye que, con su contenido de hielos, materia orgánica, metales y una gran capacidad catalítica: “Este interesante vagabundo celeste (...) parece buscar un entorno propicio para promover la aparición de vida en otros mundos”, señaló.
El 3I/ATLAS es visto, por lo tanto, no solo como un mensajero cósmico, sino como un impulsor activo de la química prebiótica capaz de sembrar la vida donde encuentre las condiciones adecuadas.

