Mientras la NASA insiste en que el 3I/ATLAS es un cometa de hielo y polvo, el astrónomo de Harvard Avi Loeb intensifica su teoría de un origen artificial.
Loeb sugiere que la trayectoria anómala del objeto lo está llevando intencionalmente hacia el radio de Hill de Júpiter, el límite donde el planeta puede capturar satélites, con la misión de “sembrar tecnología” en el gigante gaseoso.

El argumento extremo: Un encuentro “Afinado” con Júpiter
A pesar de que múltiples agencias espaciales han reforzado la narrativa de que el cometa interestelar 3I/ATLAS es un objeto natural (compuesto de hielo y polvo, como lo demuestran las detecciones de hidrógeno y agua), el astrónomo de Harvard, Avi Loeb, se niega a descartar la posibilidad de una tecnología alienígena.
Su nuevo y más audaz argumento se centra en el próximo destino del objeto en la primavera de 2026. Loeb argumenta que la reciente aceleración no gravitacional del cometa (esa propulsión extra que no se explica por la gravedad) lo ha llevado directamente hacia un punto de interés crucial: el radio de Hill de Júpiter.

¿Sondas Desplegadas?
Loeb sugiere que esta trayectoria no es una coincidencia, sino un curso “finamente sintonizado” que parece ser el trabajo de propulsores. Su teoría es que el 3I/ATLAS podría ser una “nave nodriza” con la misión de sembrar o desplegar tecnología en Júpiter y sus lunas.
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El cometa pasará a solo 160.000 millas fuera del radio de Hill de Júpiter, y a 53 millones de millas del planeta mismo. El radio de Hill es la región donde la gravedad de Júpiter domina, lo que permitiría a la nave soltar sondas para ser capturadas orbitalmente.
La ciencia se enfrenta a la especulación
La teoría de Avi Loeb es recibida con escepticismo por la mayoría de la comunidad científica, que prefiere mantenerse apegada a la “realidad” de la física cometaria.

La NASA y la ESA atribuyen la aceleración no gravitacional a la desgasificación irregular o a la sublimación del hielo al acercarse al Sol. La detección de H2O refuerza esta explicación.
Loeb insiste en que las agencias deben considerar la posibilidad artificial y ha instado públicamente a la NASA a utilizar la sonda Juno (que actualmente orbita Júpiter) para examinar la zona en busca de “satélites inesperados que no vinieron de la Tierra” durante la próxima primavera. Loeb fue la principal figura detrás de la teoría de que el primer objeto interestelar, 1I/ʻOumuamua, podría haber sido un trozo de tecnología alienígena debido a su forma y aceleración. El 3I/ATLAS representa un nuevo frente para su persistente hipótesis.
A pesar de la confianza de Loeb, las observaciones de múltiples agencias espaciales sugieren que el velo de misterio se está levantando, confirmando que el objeto es de naturaleza cometaria, aunque con una composición química inusual.

