El astrofísico de Harvard, Avi Loeb, ha intensificado su controvertida teoría sobre el cometa 3I/ATLAS, sugiriendo que su aceleración inexplicable y su trayectoria hiperprecisa lo llevarán al Radio de Hill de Júpiter en marzo de 2026.
Esta proximidad, argumenta, no es casualidad, sino una maniobra para desplegar tecnología o sondas alrededor del gigante gaseoso. Con el peso de su casa de estudios, el académico ha insistido en la teoría que nos habla de una “tecnología alienígena”.

La trayectoria no gravitacional despierta la hipótesis radical
El objeto interestelar 3I/ATLAS ha sido fuente de intenso debate desde su detección en 2025. Aunque la comunidad científica principal (incluida la NASA) lo considera un cometa natural de hielo y polvo, su comportamiento anómalo ha alimentado teorías alternativas.
El profesor de Harvard, Avi Loeb, ha propuesto la idea más radical: 3I/ATLAS podría no ser un cometa, sino una sonda o artefacto tecnológico de origen extraterrestre.

El centro de la teoría es la “aceleración no gravitacional” que ha mostrado el objeto. Mientras que los cometas ordinarios se aceleran ligeramente al liberar gases por el calor del Sol, el “empuje extra” de 3I/ATLAS no se explica fácilmente solo por la radiación solar. Loeb argumenta que esta aceleración podría ser la firma de un sistema de propulsión interno.
La proximidad extrema con Júpiter: ¿Una maniobra dirigida?
La teoría se fortalece con la trayectoria futura del objeto, que lo llevará a una proximidad estadísticamente improbable con el planeta más grande de nuestro sistema.
En marzo de 2026, 3I/ATLAS pasará muy cerca del Radio de Hill de Júpiter. El Radio de Hill es el límite gravitacional dentro del cual Júpiter domina la órbita de cualquier objeto, impidiendo que sea capturado por el Sol. La trayectoria actual proyecta un acercamiento a solo 33.20 millones de millas, lo que está casi exactamente en el límite de los 33.23 millones de millas del Radio de Hill de Júpiter.

Despliegue de dispositivos
Loeb señala que esta trayectoria hiperprecisa es “estadísticamente improbable” para una órbita hiperbólica aleatoria. Su teoría sugiere que esta es una maniobra intencional para usar el encuentro cercano de Júpiter para liberar “dispositivos tecnológicos” o “sondas centinelas” alrededor del gigante gaseoso.
Según el astrofísico, si se llegara a encontrar tecnología no terrestre orbitando Júpiter, “implicaría que Júpiter es de interés para una civilización extraterrestre”, posiblemente desde mucho antes de la existencia de la humanidad.

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El escepticismo de la NASA
Las afirmaciones de Loeb han generado una división marcada dentro de la comunidad astronómica. La NASA y la mayoría de los expertos mantienen que 3I/ATLAS es un cometa natural y que su comportamiento puede explicarse por la radiación solar y la liberación de gases, aunque el patrón sea inusual. El administrador asociado de la NASA, Amit Kshatriya, ha rechazado la idea de tecnología alienígena como altamente especulativa.

Loeb responde a sus críticos argumentando que la comunidad científica es demasiado rápida para desestimar teorías no convencionales. Sugiere que si el objeto es tan antiguo como se estima, fue visible para la civilización que lo lanzó hace miles de millones de años, mucho antes de que la Tierra desarrollara la vida humana.
La polémica del 3I/ATLAS continúa, obligando a los astrónomos a mantener una vigilancia exhaustiva sobre su trayecto, mientras se debaten los límites de lo que consideramos natural en el cosmos.

