En una misión secundaria, la nave espacial de la NASA MAVEN, que orbita Marte, desvió su foco para observar al polémico cometa 3I/ATLAS mientras este era bloqueado por el Sol.
Los datos de luz ultravioleta confirmaron la emisión de hidrógeno, un hallazgo clave que ayuda a los científicos a entender su composición química y si contiene material relacionado con el agua. Esto ha despertado varias teorías, una de las más increíbles: la posibilidad de que un nuevo tipo de vida, del cuál no tenemos registro ni comprensión total, esté dentro del asteroide 3I/ATLAS. ¿Sería posible? Analizamos las posibilidades.

MAVEN se convierte en Ojo Espacial ante la ceguera terrestre
El cometa interestelar 3I/ATLAS se convirtió temporalmente en un objetivo inaccesible para la mayoría de los telescopios terrestres y espaciales en septiembre de 2025, ya que pasó por detrás del Sol desde la perspectiva de la Tierra.
Esta obstrucción obligó a los científicos a ser creativos, utilizando sondas espaciales ya desplegadas en el Sistema Solar para mantener la vigilancia.

La nave espacial MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile EvolutioN), cuya misión principal es estudiar la atmósfera de Marte, desvió su atención durante diez días a partir del 27 de septiembre. MAVEN jugó un papel vital gracias a su cámara de luz ultravioleta (IUVS). La luz ultravioleta es esencial para estudiar los gases que emanan de los cometas, ya que estos gases brillan intensamente en ese espectro.
Las imágenes ultravioleta de MAVEN arrojaron un dato de composición fundamental que añade claridad al debate sobre el origen del objeto. Los datos mostraron signos claros de hidrógeno proveniente de 3I/ATLAS. Este hallazgo se suma a las detecciones previas del Observatorio Swift de la NASA, que había encontrado rastros de gas hidroxilo (OH) alrededor del cometa.

El gas hidroxilo es un subproducto casi siempre formado cuando las moléculas de agua (H2O) se descomponen (o se rompen) al ser golpeadas por la luz solar. La detección de hidrógeno refuerza la conclusión de que 3I/ATLAS, a pesar de su origen interestelar, contiene material relacionado con el agua y otros volátiles comunes en los cometas.
Los datos ultravioleta también permitieron a los científicos estimar la proporción de diferentes tipos de hidrógeno en el cometa, incluido el deuterio (una forma más pesada de hidrógeno). Esta relación isotópica es una clave crucial para determinar la antigüedad del cometa y el entorno en el que se formó hace miles de millones de años.
Diferenciación de señales y la importancia científica
Durante su máximo acercamiento a Marte a principios de octubre, MAVEN logró mapear el hidrógeno y el hidroxilo en la coma (la nube de gas y polvo) del cometa.
MAVEN fue capaz de separar el hidrógeno proveniente del cometa del hidrógeno presente en la atmósfera de Marte y del hidrógeno que fluye naturalmente a través del Sistema Solar. Esta separación precisa garantiza que la firma química atribuida a 3I/ATLAS sea pura.

Un Paso para Entender Otros Sistemas
3I/ATLAS es solo el tercer objeto interestelar confirmado que visita nuestro Sistema Solar.
Cada nueva pieza de información sobre su química, validada por misiones como MAVEN, proporciona a los científicos una ventana única hacia la composición de otros sistemas estelares, ayudando a entender si se parecen o difieren significativamente del nuestro.
¿Podría ser una especie de “Arca Interestelar” y tener vida dentro?
Esa es una perspectiva fascinante que combina la astrobiología con las propiedades físicas confirmadas del objeto. Si 3I/ATLAS no fuera simplemente un cometa o una sonda vacía, sino un vehículo lleno de un nuevo tipo de vida basada en el agua y el hidrógeno que se ha detectado, las implicaciones serían revolucionarias.

La detección de hidrógeno y agua por la misión MAVEN, junto con la presencia de CO2 y cianuro, proporciona la base química para esta hipótesis. En lugar de un mero bloque de hielo, 3I/ATLAS se transformaría en un ‘Arca Interestelar’.
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Si hubiera vida, el hallazgo de la NASA significaría que el ecosistema necesario para albergarla está confirmado:
- Solvente de la Vida (Agua): La presencia de agua es fundamental. La vida tal como la conocemos (y posiblemente la que no conocemos) requiere de un solvente para que las reacciones químicas sucedan.
- Fuente de Energía Química (H y Cianuro): El hidrógeno es una de las moléculas más reactivas del universo y podría servir como un poderoso agente químico o una fuente de energía para un organismo que respira o metaboliza de manera muy diferente a la vida terrestre. El cianuro es un precursor orgánico vital.
- Protección Biológica: Un cometa es esencialmente un escudo natural contra la radiación cósmica. La capa exterior de polvo y hielo congelado proporcionaría la protección necesaria para que la vida existiera y evolucionara en el interior del núcleo, manteniendo una temperatura y presión estables.
El Fenómeno de la Panspermia Dirigida
Esta hipótesis llevaría la idea de la panspermia (vida que se propaga por el cosmos) a un nuevo nivel:
- Panspermia Dirigida (Implícita): Si el cometa está “lleno” de vida, y esta vida fue capaz de sobrevivir a un viaje de miles de millones de años, el objeto es un vehículo de dispersión biológica. La velocidad y la trayectoria anómala de 3I/ATLAS podrían implicar que esta vida no solo está sobreviviendo, sino que tiene un propósito de sembrar o reubicar especies.
- Prueba de Vida ‘Ultra-Antigua’: Dado que 3I/ATLAS podría tener más de 7 mil millones de años, cualquier vida que contenga sería la forma de vida más antigua jamás registrada, proporcionando una visión sin precedentes sobre la evolución y la resistencia biológica.
Implicaciones para la Tierra y Marte
- Reescritura del Origen de la Vida: Si se probara que existe vida dentro de 3I/ATLAS, indicaría que la vida no es exclusiva de un entorno planetario, sino que podría originarse y evolucionar en el espacio profundo (crio-vida) y ser transportada. Esto alteraría fundamentalmente nuestra comprensión del origen de la vida en la Tierra.
- Riesgo de Contaminación (Protocolo COSPAR): Si fuera una forma de vida activa, el protocolo internacional de COSPAR (Comité de Investigación Espacial) requeriría medidas extremadamente estrictas para evitar la contaminación biológica, tanto de nuestros planetas (incluida la Tierra) como de las muestras tomadas. Se tendría que considerar si esta vida podría ser una amenaza biológica o, por el contrario, un motor de evolución para Marte, validando la teoría de la “terraformación accidental”.

La clave final estaría en el análisis de su aceleración no gravitacional. Si esta se debe a un motor (como sugiere la hipótesis de la sonda) o a la sublimación de gases (como sugiere la NASA), tendría diferentes implicaciones.
Pero si la aceleración fuera causada por la actividad biológica o el metabolismo de una criatura gigante que usa el hidrógeno, cambiaría por completo la astrofísica.

