Si eres de los que cree que la velocidad es la esencia de la vida, ¡el cosmos te acaba de dar la razón! La lluvia de estrellas Leónidas, que alcanzó su máxima actividad en la madrugada del 17 al 18 de noviembre, no es una lluvia cualquiera.
Es el desfile de los bólidos más veloces que la Tierra encuentra en su órbita. Estamos hablando de pequeños pedazos de roca y hielo (polvo de cometa) que ingresan a nuestra atmósfera a una velocidad demencial: 71 kilómetros por segundo. Es una oportunidad única para ver cómo el polvo estelar intenta (y falla) quemar nuestra atmósfera en un show de luz y furia.

El Club de los 71 km/s: Por qué son tan rápidos
La clave de la velocidad récord de las Leónidas está en su origen. Estos meteoros son los restos del Cometa Tempel-Tuttle, un cuerpo celeste que tiene una órbita muy alargada que lo lleva muy lejos del Sol.
La Tierra cruza el camino del Tempel-Tuttle en noviembre. Debido a la forma de la órbita del cometa, la Tierra choca de frente con la nube de escombros. Es como un encuentro de alta velocidad en la carretera cósmica.
Como consecuencia de este choque frontal, el material entra a una velocidad promedio de 255.000 km/h, 71 km/s. Esta energía cinética extrema es lo que produce estelas más brillantes, largas y espectaculares que las de otras lluvias de estrellas más lentas (como las Perseidas).

Dónde y cuándo ver el Show
Aunque el pico de actividad fue durante la madrugada, el fenómeno es visible durante varias noches más, si las condiciones lo permiten.
- Radiante: El nombre “Leónidas” viene de su radiante (el punto en el cielo de donde parecen provenir). Este se encuentra en la Constelación de Leo (de ahí el nombre).
- Mejor Momento: El mejor momento para observar, incluso días después del pico, es siempre después de la medianoche y justo antes del amanecer, cuando la Tierra está mirando hacia el “parabrisas” por donde entra la lluvia.
Busca un lugar lejos de la contaminación lumínica (¡olvídate de la ciudad!) y dale tiempo a tus ojos para que se adapten a la oscuridad (al menos 20 minutos). ¡No necesitas telescopio! Solo tus ojos y un buen café.

La Leyenda de 1966: Cuando la lluvia fue tormenta
La verdadera historia de las Leónidas se escribió en 1966. En un raro encuentro con una zona densa del rastro del cometa, la Tierra experimentó una tormenta de meteoros.
Los observadores de la época reportaron haber visto miles de meteoros por hora, tan juntos que parecía que la lluvia caía sin cesar, llegando a contarse hasta 150.000 por hora en algunos puntos de Norteamérica.
Aunque la actividad de este año es modesta, las Leónidas son famosas por ser impredecibles. Cada 33 años, el cometa pasa cerca del Sol, aumentando la probabilidad de estos espectáculos masivos.
Por ahora, solo queda alzar la vista y disfrutar del increíble poder de la naturaleza, mientras el polvo de un cometa intenta desintegrarse en el último suspiro sobre nuestras cabezas.

