El enredo, preguntas y misterios, en torno al cometa interestelar 3I/ATLAS ha llegado a su capítulo final (o al menos, al más esclarecedor). Después de semanas de especulación, donde incluso el mismísimo Avi Loeb de Harvard sugirió que podía ser una nave alienígena camuflada, la ciencia ha hablado fuerte y claro: se ha detectado una señal de radio.
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Pero ¡alto ahí! No es una transmisión de una civilización lejana. Es la firma química que termina por confirmar lo que ya sospechábamos: es un cometa, y es espectacularmente normal (dentro de lo “normal” que puede ser un objeto que viene de otra estrella).

¿Qué detectó el telescopio? El fin del debate
El responsable de esta revelación es el potentísimo radiotelescopio MeerKAT, una red de 64 antenas ubicada en Sudáfrica. Este gigante logró capturar algo que nadie había detectado antes en un objeto interestelar: líneas de absorción de hidroxilo (OH).
¿Qué es el hidroxilo (OH)? Es un radical químico que se forma cuando el vapor de agua ($H_2O$) de un cometa se descompone por la radiación ultravioleta del Sol.
La gran conclusión: La detección de esta huella de radio es la prueba irrefutable de que el 3I/ATLAS está desgasificando agua. Es decir, se está comportando exactamente como un cometa activo que se calienta al pasar cerca de nuestra estrella.
En resumen: la famosa “señal de radio” no es un ping artificial, sino el sonido del agua evaporándose en el espacio. ¡Pura física cósmica!

Un visitante de 7.000 millones de años con costumbres familiares
Este hallazgo es crucial por varias razones. Primero, hay una doble confirmación: Suma evidencia a la confirmación de la cola de iones (de la que hablamos antes) y pone punto final a la idea de que el 3I/ATLAS fuera un objeto artificialmente inteligente o una roca inerte.
Al comportarse como los cometas de nuestro propio Sistema Solar, el 3I/ATLAS nos da pistas valiosísimas sobre la composición química de otros sistemas estelares. Estamos viendo la “receta” del agua en mundos lejanos.

Es la primera vez que se logra una detección de radio de este tipo en un objeto interestelar. Esto abre la puerta a una nueva forma de estudiar a estos viajeros cósmicos que, hasta ahora, solo podíamos observar con telescopios ópticos.
El cometa 3I/ATLAS, con su trayectoria hiperbólica, ya está de salida, pero se va dejando un legado científico impresionante. A veces, la verdad es menos hollywoodense pero infinitamente más interesante para la ciencia.

