El cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar confirmado que visita nuestro Sistema Solar, ha reescrito las expectativas de los astrónomos desde su descubrimiento. A diferencia de sus predecesores, este cuerpo cósmico, no solo destaca por ser el más grande de los tres, sino también por una serie de comportamientos anómalos que complican su clasificación. La comunidad científica lo mantiene bajo estricta vigilancia, utilizando telescopios avanzados como el James Webb para descifrar los enigmas que rodean su composición única.
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La última gran sorpresa del 3I/ATLAS se ha centrado en el comportamiento de su cola, una estructura de gas y polvo que normalmente se alinea en dirección opuesta al Sol. Las observaciones recientes han documentado un cambio drástico en esta estructura, pasando de una inusual “anticola” orientada hacia nuestra estrella a una cola que cumple con las expectativas tradicionales.
Este fenómeno de inversión, que ha sido objeto de debate, subraya la naturaleza “errática” del objeto y su valor incalculable para comprender la diversidad química y física de los cuerpos que se forman en sistemas estelares ajenos al nuestro.
Las características iniciales del visitante interestelar 3I/ATLAS
El cometa 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar jamás detectado en nuestro Sistema Solar, continúa fascinando a los astrónomos con su comportamiento inusual. Descubierto el 1 de julio de 2025 (desde Chile), este objeto destaca por ser el más grande de su tipo hasta la fecha, con un diámetro estimado de entre 5 y 11 kilómetros. Sus características cambiantes podrían ofrecer pistas sobre los materiales primitivos del espacio interestelar.
El fenómeno de la anticola y su posterior inversión
Entre las curiosidades que ha presentado el cometa, destaca la aparición inicial de una anticola, una extensión de polvo que parecía apuntar hacia el Sol. Este fenómeno es contrario a lo que se espera de una cola cometaria típica. Si bien este fenómeno puede ser una ilusión óptica causada por la perspectiva desde la Tierra, un artículo preliminar de Avi Loeb y Eric Keto sugirió que esta estructura era una “anticola verdadera”.
Sin embargo, en septiembre, el objeto experimentó una transformación. Estudios preliminares mostraron que 3I/ATLAS pasó de exhibir la cola orientada hacia el Sol a desarrollar una cola más convencional, proyectándose en dirección opuesta a nuestra estrella.
El dióxido de carbono como motor de su actividad
Este cambio es clave para entender la composición del objeto, ya que los datos espectroscópicos sugieren que el dióxido de carbono es el principal motor de su actividad. Este componente provoca chorros de gas y polvo que, al interactuar con el Sol, forman la cola tradicional. La gran mayoría de los astrónomos insisten en que 3I/ATLAS se comporta como un cometa natural.