El cometa 3I/ATLAS no solo ha generado debate por su inusual velocidad y forma cilíndrica, sino que ahora se le relaciona con uno de los mayores enigmas de la búsqueda de vida extraterrestre: la Señal Wow!. Esta potentísima y breve señal de radio fue captada el 15 de agosto de 1977 por el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio, llevando al astrónomo Jerry Ehman a escribir la interjección “Wow!” en la impresión de datos, un misterio que jamás se ha repetido.
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La nueva teoría que conecta ambos fenómenos proviene, una vez más, del polémico astrofísico de Harvard Avi Loeb.

Coordenadas y la probabilidad del 0.6%
La base de la hipótesis de Loeb radica en una sorprendente coincidencia de coordenadas. Según cálculos recientes, en agosto de 1977 —unos días antes de que se detectara la señal—, el objeto interestelar 3I/ATLAS se encontraba en una parte del cielo muy cercana a la región de donde provino la Señal Wow!

Específicamente, la señal se encontraba separada por solo unos pocos grados de la trayectoria del cometa. De acuerdo con los cálculos del equipo de Loeb, la probabilidad de que dos direcciones aleatorias en el cielo estén alineadas a ese nivel es de apenas 0.6 por ciento. Este bajo porcentaje ha servido para reavivar la discusión, sugiriendo que la alineación podría ser más que una simple casualidad cósmica.
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La potencia de una transmisión tecnológica
Si el 3I/ATLAS fuera la fuente real de la Señal Wow!, esta conexión plantearía un escenario que desafía el entendimiento natural del objeto.

La señal fue detectada a una frecuencia específica —1420.4556 megahercios—, que se corresponde con la frecuencia central de la línea de hidrógeno, el elemento más abundante del universo. Si se asume que el cometa fue el transmisor y considerando su distancia en 1977 (unas 600 Unidades Astronómicas, o UA), la fuente habría necesitado emitir la señal con una potencia de 0.5 a 2 gigavatios. Esta potencia es comparable a la de un reactor nuclear terrestre.
Un enigma que impulsa nuevas observaciones
Si bien la comunidad científica ha mantenido la cautela, señalando que la señal Wow! también puede explicarse por fenómenos naturales (como el aumento de brillo de una nube de hidrógeno frío en movimiento), la hipótesis de Loeb ha forzado la mirada.

Actualmente, no se han registrado emisiones de radio recientes provenientes del 3I/ATLAS por parte de proyectos como SETI. No obstante, la controversia ha generado un renovado interés: la NASA y la ESA planean utilizar observatorios espaciales y sondas cercanas para recopilar datos que podrían, eventualmente, resolver el enigma de este objeto y determinar si es un cometa extraordinario o, como sugiere la teoría, un mensajero de tecnología extragaláctica.

