El tercer objeto interestelar confirmado que atraviesa nuestro Sistema Solar, el cometa 3I/ATLAS, ha generado un intenso debate en la comunidad científica que ha trascendido hasta la esfera de las especulaciones sobre vida extraterrestre. Ante la posibilidad de que no sea un objeto natural, sino una sonda o nave espacial avanzada —una hipótesis popularizada por el reconocido físico teórico de Harvard, Avi Loeb—, la NASA ha emitido una respuesta categórica.
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Tom Statler, científico principal de la NASA para cuerpos pequeños del Sistema Solar, fue contundente al desmentir la posibilidad de un origen artificial, afirmando: “Se parece a un cometa. Hace cosas de cometa. Se parece, en casi todos los sentidos, a los cometas que conocemos”.
El debate sobre su forma: ¿Un objeto alargado que genera controversia?
La polémica científica alrededor del 3I/ATLAS se intensificó tras su paso cercano a Marte el 3 de octubre de 2025, un evento capturado por instrumentos de alta resolución en orbitadores como el Mars Reconnaissance Orbiter y la Mars Express de la ESA. Las imágenes revelaron una forma inesperada en el núcleo del cometa, descrita como alargada o cilíndrica, en lugar de la configuración más esférica o con la coma de gas y polvo típica.
Esta anomalía morfológica, sumada a su comportamiento inusual y su velocidad récord (alcanzando unos 61 km/s), obliga a los investigadores a reconsiderar las dinámicas de estos viajeros cósmicos. El cometa no solo es un registro más para la ciencia, sino un caso de estudio que sugiere que las propiedades de los objetos que provienen de más allá de nuestro sistema solar podrían ser mucho más diversas de lo que se había teorizado hasta ahora.
La hipótesis de la nave: ¿Un visitante interestelar comandado?
La especulación sobre el origen artificial del 3I/ATLAS fue impulsada principalmente por Avi Loeb, quien argumentó que las irregularidades observadas y la velocidad récord podrían indicar que se trata de un objeto no natural. Loeb, basándose en la trayectoria del cometa, sugirió en un paper que el objeto alcanza su perihelio (el punto más cercano al Sol) en el lado opuesto a la Tierra.
Según el físico de Harvard, esta posición podría ser “intencional para evitar observaciones detalladas desde telescopios terrestres” o para realizar una maniobra espacial óptima. Loeb incluso posibilitó que, si se demostraba la ausencia de una cola cometaria, el objeto podría ser una “sonda interestelar” enviada para un propósito específico, citando la hipótesis del “Bosque Oscuro” sobre civilizaciones avanzadas.
El veredicto final de la NASA
Pese a las intrigantes posibilidades planteadas por Loeb, el enfoque de la NASA se mantiene anclado en la evidencia física observada. Los estudios científicos han encontrado consistentemente que, a pesar de sus propiedades únicas y su origen extragaláctico, el 3I/ATLAS presenta la coma polvorienta y la dinámica de un cometa.
El científico Tom Statler concluyó que el objeto: “Tiene algunas propiedades interesantes que son un poco diferentes de nuestros cometas del sistema solar, pero se comporta como un cometa. Y por eso, la evidencia apunta abrumadoramente a que este objeto es un cuerpo natural”. La NASA enfatizó que el 3I/ATLAS no representa ninguna amenaza para nuestro planeta, sino una oportunidad única para estudiar la dinámica galáctica.