Absolutamente nadie es capaz de comprender, a total cabalidad, como es que funciona nuestro Sistema Solar. El hecho de que haya un planeta como la Tierra, en el que se desarrolla la vida tal y como la conocemos, es inédito en todo lo que han observado miles de científicos en el Universo, a lo largo de la historia de la humanidad.
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Muchos adjudican que la vida en la Tierra ocurre gracias al impacto de un meteorito que nos impactó y trajo los elementos para la llegada del agua. Después, dicen que la ubicación de cada mundo con respecto al Sol, es otra de las características que le dan forma al mecanismo que nos hace funcionar.
La edad del Sol y la fuerza exacta que inyecta al resto de los mundos es otra de las características. Sin embargo, nadie encuentra el punto cero en el que se desarrollaron las cosas, para que ocurra lo que estamos viviendo.
Un estudio se acerca, con apenas un detalle. Tres científicos, identificados como Garett Brown, Hanno Rein y Renu Malhotra, realizaron alrededor de 50.000 simulaciones de los movimientos prehistóricos del Sistema Solar, y encuentran que la única manera para que exista la danza planetaria que ocurre en nuestro vecindario, es que un objeto gigante, 20 veces más grande que Júpiter, haya pasado cerca del Sol.

“Nuestros resultados muestran que un objeto subestelar con una masa inferior a 50 veces la de Júpiter podría explicar las inclinaciones y excentricidades observadas en los planetas gigantes del sistema solar”, dice el estudio, para demostrar que hicieron simulaciones con todo tipo de objetos, según reseña Muy Interesante.
Sin embargo, en el que más coincidencias hubo, fue cuando hicieron simulaciones con el tránsito de un objeto entre 2 y 50 veces la masa de Júpiter, viajando a 20 unidades astronómicas (UA) del Sol, distancia similar a la de la estrella masiva y Urano.