El James Webb, que a esta altura ya es una mezcla de ciencia, arte y magia cósmica, no solo nos ha dado imágenes impresionantes, sino que nos ha regalado ventanas al pasado del universo, con vistas que dejarían boquiabierto hasta al mismísimo Carl Sagan.
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Este coloso del tamaño de una cancha de tenis, capaz de captar luz que lleva viajando 13.5 mil millones de años, ha demostrado que no hay rincón del cosmos demasiado oscuro o demasiado lejano para espiarlo con su lente infrarroja.
¿Y qué nos ha mostrado este año? Prepárate, porque aquí vienen las imágenes más espectaculares que hicieron que tanto astrónomos como fanáticos espaciales saltaran de sus asientos.
1. Remolinos y vida entre las estrellas
En enero, Webb nos regaló una vista inolvidable de la galaxia NGC 628, también conocida como la “Galaxia del Girasol”. Ubicada a 32 millones de años luz en la constelación de Piscis, esta belleza en espiral parece una obra maestra cósmica de Van Gogh.
Entre sus densos brazos azulados, Webb captó estrellas viejas flotando perezosamente entre gas y polvo. Una imagen que te hace preguntarte si alguien allá afuera también está mirando hacia nosotros.
2. Una mirada más de cerca
¿Creías que ya habías visto todo de M82? Piensa de nuevo. Webb, el detective galáctico que es, volvió a visitar esta galaxia previamente captada por el Hubble y llevó el detalle a otro nivel.
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Las formaciones estelares en explosión, invisibles hasta ahora, parecen salpicaduras de una paleta cósmica, demostrando que hay capas ocultas en cada rincón del universo. Es como si Webb nos recordara: siempre hay más de lo que parece a simple vista.
3. Vientos cósmicos con mal carácter
La Nebulosa del Cangrejo no se anda con rodeos. Captada en una espectacular colaboración entre Webb y el Observatorio de rayos X Chandra, esta supernova (observada por humanos allá en el año 1054) es una tormenta de gas y energía.
Las imágenes muestran remanentes de alta energía y nubes de gas a temperaturas extremas, un recordatorio de que incluso en el caos del universo, hay una belleza que deja sin aliento.
4. Cuna de estrellas
En junio, Webb se asomó a la Nebulosa de las Serpientes y capturó algo tan increíble que casi parece ciencia ficción. Pequeñas manchas rojas, indicativas de estrellas recién nacidas, emergen como fuegos artificiales cósmicos.
Klaus Pontoppidan, uno de los principales investigadores de NASA, describió estas estructuras alineadas como “registros históricos del nacimiento de estrellas”.
5. Los Pilares de la Creación: Nivel 2.0
¿Recuerdas los Pilares de la Creación? Esa icónica foto tomada por el Hubble en 1995. Bueno, Webb volvió a capturar la región con una claridad que redefine el término “espectacular”.
Esta región de la Nebulosa del Águila, a 6,500 años luz, se ve ahora con detalles tan finos que podría convertirse en el fondo de pantalla oficial de toda la humanidad.
6. El baile de las galaxias superpuestas
Cuando las galaxias IC 2163 y NGC 2207 se encontraron hace millones de años, probablemente no esperaban convertirse en estrellas (no literales) de una de las imágenes más impresionantes de Webb en 2024.
Publicada en octubre, la fotografía muestra un par de “ojos fantasmales” formados por sus interacciones gravitacionales. Es como si estuvieran diciendo: “¡Mira lo que podemos hacer!”
7. La supergalaxia LEDA 2046648: Un fósil del cosmos
Tomada como parte de una calibración, esta imagen no solo es hermosa, sino también histórica. A poco más de 1,000 millones de años luz, esta galaxia en la constelación de Hércules nos permite estudiar cómo eran las galaxias antiguas en comparación con las modernas.
Webb se está convirtiendo rápidamente en el paleontólogo estelar que todos necesitábamos.
8. Un cúmulo galáctico adolescente
El protocúmulo Spiderweb, a 10 mil millones de años luz, se ha estudiado mucho antes, pero Webb lo llevó a otro nivel. Con su habilidad para mirar a través del polvo cósmico, descubrió nuevas galaxias en formación.
A diferencia de los cúmulos locales, que están llenos de galaxias viejas y algo aburridas, las del Spiderweb todavía están en plena adolescencia galáctica: caóticas, llenas de energía y, aparentemente, con mucha actitud.
9. Brazos colosales de NGC 2090
Webb también echó un vistazo a la galaxia espiral NGC 2090, revelando dos majestuosos brazos que se retuercen como cintas en el viento cósmico. Antes, los brazos de esta galaxia apenas eran visibles debido al gas y polvo que los rodeaban, pero Webb los desentrañó con su visión infrarroja.
Es como si le hubiera quitado un velo al universo para mostrarnos su verdadero rostro.
10. La galaxia del Sombrero, ahora con más estilo
Conocida oficialmente como M104, esta galaxia es como el James Bond de las galaxias: elegante, misteriosa y con una personalidad única. Webb la observó con detalle, revelando el gas grumoso que rodea su icónico anillo.
Aunque su tasa de formación de estrellas no es impresionante, sigue siendo una fuente de datos científicos valiosos, además de ser absolutamente impresionante a la vista.
El telescopio que nunca deja de sorprendernos
James Webb no solo es un telescopio; es un poeta cósmico que narra la historia del universo con cada imagen. En 2024, nos recordó que mirar hacia las estrellas no solo es una experiencia científica, sino también profundamente humana. Si estas son las vistas desde su tercer año de operación, no podemos esperar a ver qué nos mostrará en 2025.
Así que, la próxima vez que mires al cielo nocturno, recuerda que allá arriba hay un gigante espacial trabajando horas extra, mostrándonos que el universo es más hermoso, caótico y sorprendente de lo que jamás imaginamos.