Espacio

El James Webb capturó una increíble imagen del nacimiento de una estrella

El telescopio registró el momento en que se creo una estrella a 460 años luz de la Tierra.

Telescopio Espacial James Webb.
Telescopio Espacial James Webb. Imagen referencial A manned orbital maintenance platform (OMP) sidles up to the James Webb Space Telescope (JWST) for repair and upgrade. In this image the perspective is the front of the JWST where spotlights on the OMP are illuminating the gold-coated primary mirror. (Walter Myers/Stocktrek Images/Getty Images/Stocktrek Images)

El Telescopio Espacial James Webb de la NASA ha capturado una imagen impresionante de una protoestrella en formación, revelando detalles sin precedentes sobre su comportamiento y su interacción con el medio ambiente circundante. La imagen, tomada con el instrumento MIRI (Instrumento de infrarrojo medio) de Webb, muestra una estructura de reloj de arena ardiente, con la protoestrella central brillando intensamente en el centro.

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La protoestrella, con una edad de apenas 100.000 años, se encuentra en el proceso de acumular material de un disco protoplanetario que la rodea. Este disco, visto de canto como una línea oscura, alimenta el crecimiento de la estrella naciente.

A medida que la protoestrella consume gas y polvo de la nube molecular que la rodea, emite chorros de material energético en direcciones opuestas. Estos flujos de salida chocan contra la nube circundante, esculpiendo la estructura de reloj de arena que observamos. La imagen de MIRI revela estos flujos como arcos filamentosos que se extienden desde la protoestrella.

Una vista en infrarrojo medio

A diferencia de NIRCam, que captura principalmente la luz reflejada en el polvo, MIRI nos ofrece una visión más profunda, penetrando en el polvo y los gases más espesos de la región. Esto permite observar cómo los flujos de salida afectan a la materia circundante, excitándola y haciéndola brillar.

L1527
L1527 L1527, que se muestra en esta imagen del MIRI

Las áreas azules de la imagen muestran principalmente moléculas carbonosas, mientras que el rojo representa la protoestrella y su denso manto de polvo y gases. En el centro, una región blanca revela una mezcla de hidrocarburos, neón ionizado y polvo espeso, expulsada por la protoestrella.

A medida que la protoestrella continúa evolucionando, consumirá y expulsará gran parte de la nube molecular que la rodea, modificando drásticamente la estructura que observamos hoy. Con el tiempo, la estrella se volverá más visible, incluso para nuestros telescopios de luz visible.

Esta imagen del James Webb nos ofrece una ventana única a los procesos de formación estelar en el universo primitivo. Al combinar las vistas del infrarrojo cercano y del infrarrojo medio, los científicos pueden comprender mejor cómo las protoestrellas interactúan con su entorno y cómo dan lugar a la formación de nuevas estrellas y sistemas planetarios.

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El Telescopio Espacial James Webb es el principal observatorio científico espacial del mundo. Este telescopio de última generación está explorando el universo en longitudes de onda infrarrojas, permitiéndonos observar objetos que antes eran invisibles para nuestros telescopios. Webb está resolviendo misterios en nuestro sistema solar, buscando mundos habitables alrededor de otras estrellas y estudiando las primeras galaxias que se formaron en el universo.

La imagen de la protoestrella en formación es un ejemplo del increíble potencial del Telescopio Espacial James Webb para transformar nuestra comprensión del universo. Con Webb, los científicos podrán realizar nuevos descubrimientos y responder preguntas fundamentales sobre el origen y la evolución del cosmos.

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