La pregunta es simple y tiene dos tipos de respuestas. Pero nadie se atreve a hacerla y quienes la hacen no obtienen una clara respuesta: ¿Los astronautas tienen sexo en el espacio?
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Es cierto que van con fines científicos, pero el sexo al ser una necesidad fisiológica del cuerpo, debería ser objeto de estudio en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés).
Sobre todo si estamos pensando en misiones tripuladas a Marte, que son bastante extensas, o a la Luna, que pronto se ejecutarán y la NASA pretende establecer una base en el satélite natural.
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Pero hay un fenómeno muy extraño que es que la NASA y las otras agencias espaciales no hablan de experimentos científicos que involucren el sexo. Es una especie de tema tabú para las organizaciones científicas.
En todo caso, los astronautas que lo hayan hecho (o lo vayan a hacer) deben enfrentar los siguientes desafíos:
- Microgravedad: La falta de gravedad hace que los fluidos corporales se redistribuyan, lo que puede dificultar la erección y la lubricación.
- Espacio limitado: La ISS es un espacio pequeño y compartido, lo que dificulta la privacidad.
- Ruido: Los ventiladores y otros equipos generan ruido constante, lo que puede ser incómodo para la intimidad.
- Riesgos para la salud: La microgravedad puede afectar la salud reproductiva de hombres y mujeres.
A pesar de estos desafíos, algunos científicos creen que la actividad sexual en el espacio es importante para la salud física y mental de los astronautas en misiones de larga duración. Algunas fuentes especializada dicen, sin ofrecer muchos detalles, que se están realizando investigaciones para comprender mejor los efectos de la microgravedad en la sexualidad humana y para desarrollar tecnologías que puedan ayudar a los astronautas a tener relaciones sexuales en el espacio.