Espacio

El ADN de los astronautas se daña durante los viajes al espacio: ¿Qué ocurre?

Nuevamente, los viajeros espaciales se exponen a uno de los más grandes peligros de la galaxia.

Tras un nuevo estudio, encontraron los daños que úeeden sufrir los astronautas en el espacio.| Foto: Referencial
Tras un nuevo estudio, encontraron los daños que úeeden sufrir los astronautas en el espacio.| Foto: Referencial

El espacio, con su apariencia de vasto vacío, esconde un peligro latente que los astronautas enfrentan constantemente: la radiación. A pesar de estar ubicada en el espacio, la Tierra no escapa a la constante lluvia de radiación proveniente de diversas fuentes, incluyendo el implacable sol y otras fuentes cósmicas. Algunos tipos de radiación solar, como los rayos ultravioleta, alcanzan la superficie terrestre y pueden causar quemaduras solares.

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Sin embargo, existe una radiación aún más intensa, proveniente del espacio profundo, que es absorbida o desviada por el campo magnético generado por el núcleo de hierro en rotación de nuestro planeta. Estos fenómenos pueden observarse en forma de majestuosas auroras en las latitudes más septentrionales y meridionales de la Tierra.

Las estaciones espaciales en órbita, como la Estación Espacial Internacional (ISS), se encuentran relativamente cerca de la Tierra y, en cierta medida, están protegidas de la radiación cósmica gracias a la influencia del campo magnético terrestre. Pero esta protección no se extiende a los astronautas que se aventuran más allá de la órbita terrestre, como aquellos que viajarán a la Luna o Marte.

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Los peligros del espacio profundo para el ADN

Como explica Slash Gear, en el espacio profundo, la radiación es una presencia constante y puede atravesar las paredes de las naves espaciales y penetrar los cuerpos de los valientes viajeros que se aventuran en su interior.

Frank Rubio
Frank Rubio El astronauta de la NASA que más tiempo ha pasado en el espacio

Cuando partículas de alta energía de esta radiación chocan con las delicadas células humanas, pueden causar daños físicos a moléculas cruciales, incluyendo el propio ADN. Aunque el cuerpo humano tiene la capacidad de reparar en cierta medida el daño en el ADN, en ocasiones este proceso puede resultar en la muerte celular.

En situaciones más extremas, las mutaciones genéticas permanentes pueden surgir y ser transmitidas cuando las células se dividen, aumentando así el riesgo de cáncer a largo plazo.

La NASA y otros organismos espaciales de todo el mundo están trabajando incansablemente en métodos y tecnologías para proteger a los astronautas de los efectos perjudiciales de la radiación en futuras misiones de exploración espacial profunda.

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