Hay astronautas que pasan meses en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) realizando experimentos y proyectos relacionados a las misiones extensas fuera de la Tierra. Eso quiere decir que están sometidos constantemente a la microgravedad.
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Por lo tanto, es necesario que cada cierto tiempo realicen actividades físicas que les ayude a recuperar músculos y no perder fuerzas en sus articulaciones. Es sabido que los astronautas pierden masa ósea cuando están mucho tiempo sometidos a la microgravedad.
Entonces, en la Estación Espacial Internacional tienen mecanismos para simular entornos en los que se pueda correr, como por ejemplo una cinta igual a las que están en los gimnasios.
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¿Pero y la microgravedad? Frank Rubio, científico que estuvo más de un año en el espacio (ya regresó) explica en un video de la NASA, como los astronautas se ponen un arnés para poder sostenerse y así poder realizar las actividades físicas.
Para simular el acto de correr, los astronautas utilizan una máquina de ejercicio llamada “Treadmill with Vibration Isolation and Stabilization” (TVIS) o una cinta de correr especial.
Estas cintas de correr están diseñadas para funcionar en un entorno de microgravedad, y los astronautas se aseguran con arneses y correas para evitar flotar mientras corren.
Además de las cintas de correr, los astronautas realizan una variedad de ejercicios en equipos diseñados para la ingravidez, como bicicletas estáticas y máquinas de resistencia. Estos ejercicios son cruciales para mantener la masa muscular y la densidad ósea, ya que la falta de gravedad puede causar pérdida de masa ósea y muscular.
Correr en el espacio no es idéntico a correr en la Tierra debido a la falta de resistencia gravitacional, pero el ejercicio cardiovascular sigue siendo esencial para la salud del cuerpo y la condición física general de los astronautas. Además, estos ejercicios ayudan a contrarrestar el deterioro físico que puede ocurrir en ausencia de la resistencia gravitacional normal.