En ese pequeño aparatito que vemos en la imagen de portada, la NASA tiene invertidos más de siete años de investigación y millones de dólares. La sonda espacial OSIRIS-REx soltó desde el espacio las muestras del asteroide Bennu, que fue a buscar en el 2016. Entonces, ahora todos nos preguntamos: ¿Qué es lo que se viene para la investigación y análisis? ¿Qué se va a revelar con estas rocas espaciales?
PUBLICIDAD
OSIRIS-REx salió de la Tierra el 8 de septiembre del 2016 y llegó la órbita del asteroide Bennu en diciembre del 2018, y tras dos años de análisis, aterrizó en la roca en octubre del 2020. Esperó unos meses en la superficie y en enero del 2021 partió de nuevo hacia la Tierra.
Lleva dos largos años de viaje de regreso (siete en total desde su salida) y ya depositó su encargo en nuestro planeta. Científicos de la NASA, apoyados por personal de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos recogieron el paquete y lo pusieron en un sitio seguro para su estudio.
¿Qué van a descubrir?
En primer lugar, la composición de Bennu podría proporcionar pistas sobre el elemento original que le dio vida al Sistema Solar que integramos. Bennu es un asteroide carbonoso, lo que significa que está hecho de materiales orgánicos, como carbón, agua y compuestos de carbono. Estos materiales podrían ser los bloques de construcción de la vida.
Otro punto específico que no se puede dejar escapar es el de los minerales. Estos elementos encontrados en Bennu podrían proporcionar pistas sobre cómo se formaron los planetas.
El asteroide, según dicen las teorías, se formó en el cinturón de asteroides, que es una región del sistema solar ubicada entre las órbitas de Marte y Júpiter. Los minerales encontrados en esta roca podrían ayudar a los científicos a comprender cómo se formaron los mundos de este vecindario a partir del material del cinturón de asteroides.
Y mucho más adentro en la investigación astronómica, los rastros de vida en Bennu podrían proporcionar evidencia de la panspermia, la teoría de que la vida se originó en el espacio y se dispersó por todo el universo.
Si se encuentran rastros de vida en el asteroide, podría sugerir que la vida es más común en el universo de lo que se pensaba anteriormente. Sí, en cierta forma sumaría un elemento para asegurar que debería haber vida en otros planetas.
