La explosión de Starship, el cohete de Elon Musk que busca llegar a la Luna y a Marte, obligó a las autoridades de Estados Unidos a frenar cualquier tipo de pruebas. La FAA (Administración Federal de Aviación, por sus siglas en inglés), investigará los motivos reales del fallo.
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Pero Elon Musk no se rinde, y advierte que es cuestión de meses para volver a intentarlo.
El multimillonario habló sobre la explosión del pasado 20 de abril, ocurrida sobre el Golfo de México, en un Twitter Spaces. “(Que sucediera) era algo que estuvo más o menos en línea con lo que se esperaba”, manifestó Musk. “Quizás superó ligeramente mis expectativas”.
“Obviamente no fue un éxito completo, pero aún así fue un éxito”, catalogó el jefe de SpaceX.
La investigación de Estados Unidos sobre la explosión de Starship, el cohete de Elon Musk
El cohete Starship trató de realizar su primer vuelo orbital, elevándose varios metros, pero terminó explotando a cuatro minutos de su despegue.
Tres motores Raptor del propulsor Super Heavy no estaban “lo suficientemente listos”, por lo que decidió no prenderlos, despegando con 30 motores, un número mínimo. La explosión destruyó los escudos térmicos de cuatro motores.
La FAA informó que investigará el incidente del Starship, dijo en un comunicado. “Se produjo una anomalía durante el ascenso y antes de la separación de la etapa, que provocó la pérdida del vehículo”, señaló el organismo. “No se han reportado heridos, ni daños a la propiedad pública”.
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“Se trata de una práctica estándar para todas las investigaciones de percances”, con el objetivo de “proteger al público durante las operaciones de lanzamiento y reingreso del transporte espacial comercial”.
Grupos ambientalistas demandan a la FAA por SpaceX
Pero no todo queda allí. De acuerdo con Reuters, grupos ambientalistas demandan a la FAA por la licencia de lanzamiento de SpaceX para Texas.
La movida legal ocurrió este lunes, 1 de mayo. Los grupos indican que el del pasado 20 de abril es el último de al menos 9 percances explosivos en Boca Chica, base de SpaceX, “interrumpiendo un refugio para la vida silvestre protegida por el gobierno federal y un hábitat vital para las aves migratorias”.
“El ruido, la contaminación lumínica, la construcción y el tráfico vial también degradan el área, hogar de ocelotes y jaguarundis en peligro de extinción, así como sitios de anidación para tortugas marinas Kemp’s Ridley en peligro de extinción y hábitat crítico para aves playeras amenazadas”, añade la demanda.
