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Ver lo “invisible”: cómo una vieja idea de Einstein nos ha permitido encontrar galaxias que ni siquiera sabíamos que existían

En Chile, astrónomos descubrieron una “galaxia invisible”.

Einstein

No necesita presentación Albert Einstein, pero no todas las ideas, tesis y teorías del físico alemán son valoradas o recordadas por la comunidad científica. Una de ellas, olvidada, ha permitido encontrar galaxias que ni siquiera sabíamos que existían.

Por ejemplo, hace unas semanas, desde la red de telescopios ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) en Chile, astrónomos descubrieron una “galaxia invisible”, definida como una galaxia tan distante y tenue que había pasado desapercibida en búsquedas anteriores.

Los científicos explicaron en un artículo en la revista The Astrophysical Journal, citado en Xataka, que la imagen lograda corresponde a una galaxia de un universo joven, cuando habían pasado solo 2.000 millones de años del Big Bang, hace unos 11.700 millones de años.

Esta “galaxia invisible” es compacta, contiene una gran cantidad de polvo interestelar y es muy activa en su formación de nuevas estrellas, a uan velocidad mil veces superior a la que la Vía Láctea crea nuevos soles.

La lupa relativista

El descubrimiento de esta y otras galaxias distantes son posibles gracias a una circunstancia relacionada con un trabajo de Einstein, la lupa relativista, que sostiene que la gravedad es capaz de afectar a la trayectoria de los haces de luz que se pasan cerca de un objeto muy masivo.

De esta forma, galaxias y estrellas situadas a medio camino entre nosotros y objetos distantes que queremos observar, funcionan como un lente que aumenta la capacidad de nuestros propios telescopios.

La "galaxia invisible"

Sobre el hallazgo de la galaxia invisible, Marika Giulietti, autora principal del estudio, analizó: “Las galaxias muy distantes son auténticas minas de información sobre el pasado y la evolución futura de nuestro universo. Aun así, estudiarlas supone un gran reto. (Estas galaxias son) muy compactas y por consiguiente difíciles de observar”.

En el caso de la red de ALMA, sus telescopios aprovechan longitudes de onda más largas que las características del espectro visible. Esto tiene dos ventajas a la hora de detectar objetos muy lejanos: el corrimiento a rojo que experimenta la luz al atravesar grandes distancias a través de un espacio que se estira y que con él estira su longitud de onda, y que estas longitudes de onda consiguen traspasar el polvo interestelar que oscurece las galaxias más lejanas.

La causa de este oscurecimiento es la presencia masiva de polvo interestelar, que intercepta la luz visible de las estrellas jóvenes, y dificulta su detección con instrumentos ópticos, y la reemite en ondas más largas donde puede ser observada sólo con interferómetros poderosos en bandas (sub)milimétricas y de radio”, concluyó Giulietti.

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