¿Qué nos falta por visitar? Fue la pregunta que se hizo la comunidad científica de los Estados Unidos, en referencia a los planetas que integran el Sistema Solar. Hay varias respuestas a esta interrogante, pero la que más interesó fue la de Urano.
Es el segundo planeta que se encuentra más lejos del Sol y por lo tanto, uno de los más lejanos de la Tierra. Está en la zona exterior del Sistema Solar, es decir después del cinturón de asteroides y solo ha sido retratado por una de las sondas espaciales Voyager, en su paso por esta zona hace más de 30 años.
Sus características, dicen los científicos, son suficientes para que la NASA considere como prioridad una misión hacia Urano a finales de esta década o inicios de la próxima. De hecho, ya idearon un plan que consiste de dos sondas espaciales que vayan a husmear en este poco conocido mundo de nuestro propio patio interno del universo.
Algunas características de Urano
De acuerdo con una reseña de El País, Urano es el planeta más desconocido de nuestro Sistema Solar. No obstante, hay algunos datos que lo convierten en algo interesante que vale la pena explorar. Es, en principio, cuatro veces más grande que la Tierra.
Tiene la particularidad de que gira de manera opuesta al resto de los mundos y un año en este mundo es el equivalente a 84 en la Tierra. Su invierno dura 21 años nuestros y se pueden registrar temperaturas de hasta 220 grados bajo cero; algo entendible debido a su lejanía del Sol.
El País reseña que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos se reunió y fijó como prioridad para la NASA, que se comience a ejecutar una misión a Urano en el 2024. La idea es que se envíe una especie de sonda espacial doble en la que una penetre la atmósfera de este mundo y otra se quede en los alrededores de la órbita.
Fijaron un presupuesto que supera los 2.000 millones de dólares. “Ninguna otra misión robótica podrá generar más conocimiento científico”, dijeron,
“La misión podrá aclarar el origen y la evolución del sistema solar, así como explicar los fenómenos que suceden solo en el misterioso Urano”, explicó Kathleen Mandt, del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins.
Acudir a este mundo podría responder las razones por las que se encuentra en su actual posición y los motivos de su rotación inversa. Además, se podría conocer si debajo de la corteza de hielo que cubre la superficie de una de sus lunas hay un océano capaz de albergar vida.
Llegar no será cosa fácil. Son 3.000 millones de kilómetros. Con la tecnología actual entre 12 y 15 años de viaje.

