Espacio

Científicos proponen método que dispara láser a una nave para incrementar la velocidad de los viajes espaciales

Pretende acercarse a la velocidad de la luz.

Las distancias y el tiempo. Sin duda alguna los grandes enemigos de la exploración y los viajes espaciales que emprende la NASA, ESA y el resto de las agencias que se dedican a la astronomía. La separación entre los cuerpos celestes es tan grande que ni siquiera la velocidad de la luz sirve para recorrer el universo entero.

Para que tengamos una idea, la galaxia más cercana a la Vía Láctea es Andrómeda. Y se encuentra a unos 2.537 millones de años luz. Es decir que si llegamos a descifrar dicha velocidad, tardaríamos esa cantidad de tiempo en llegar.

Aunque la realidad es que encontrar la velocidad de la luz se alza como el primer paso para al menos lograr salir rápido del Sistema Solar y explorar nuestros alrededores más inmediatos. Las Voyaguer 1 y 2 son pioneras en este tipo de investigaciones.

Se lanzaron a finales de los años 70 y han recorrido entre 132 y 159 Unidades Astronómicas (UA, distancia entre la Tierra y el Sol). Es un logro de la ciencia y un hito para destacar, pero ya se ha vuelto obsoleto. Hay un método que está en estudio, que comienza a surgir como uno de los avances más grandes en materia de velocidad en el espacio.

Un método que pretende acercarse a la velocidad de la luz

El método es una propuesta de científicos de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). Pretenden que las naves espaciales que lo usen, puedan recorrer 30 UA por año. Es decir que en apenas 5 años igualarían la distancia de la Voyager que está más lejos.

Según reseña Xataka, el estudio se plantea utilizar algo llamado haz de pellet con partículas microscópicas a hipervelocidad que alcanzan 120 kilómetros por segundo.

En castellano: es una especie de panel solar, que con los rayos energéticos de la estrella masiva alimenta un haz de perdigones que dispara láser hacia un mecanismo que funciona como las velas de los barcos y así va empujando la nave hacia las órbitas, que también servirían de impulso para el aparato.

Artur Davoyan, profesor asistente de ingeniería mecánica y aeroespacial en la UCLA, dice que hay dos problemas por resolver: el primero es que no se puede aplicar a vehículos con cargas muy pesadas (media tonelada es lo ideal) y que el hecho de que funciona con rayos solares, limita a que su mayor impulso lo perderá cuando se aleje mucho de la estrella masiva.

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