Espacio

Se cumplen 20 años de la tragedia del Columbia, en la que siete astronautas de la NASA perdieron la vida: ¿qué ocurrió?

Así fue la tragedia más grande en la historia de la investigación espacial.

Tripulación Columbia

La tragedia del transbordador Columbia es el accidente espacial más catastrófico, ocurrido el 1 de febrero de 2003, hace exactamente 20 años y una mancha oscura en la historia de la investigación espacial que se recuerda con tristeza en la NASA y el mundo.

La NASA había tomado previsiones tras el lamento del Challenger (1986) otra de las tragedias más grandes de la historia y en la que también murieron siete tripultantes. Pero el Columbia se desintegró a 21.000 kilómetros por hora y siguen en la retina de muchos testigos los restos en llamas del transbordador sobre el cielo de Texas.

Este caso se generó por daños previos en la estructura de la nave, que se se agravaron al entrar en contacto con la atmósfera terrestre durante la maniobra de regreso a casa. Perdieron la vida Rick Husband, William McCool, Ilan Ramo, David Brown, Michael Anderson, Laurel Clark y Kalpana Chawla.

Tripulación Columbia

¿Qué ocurrió con el Columbia?

Como recuerda un informe publicado en el sitio web de La Sexta, la mañana del 1 de febrero de 2003, la misión STS-107 a bordo del Columbia estaba lista para concluir un viaje espacial de 16 días con un aterrizaje en el Centro Espacial Kennedy, en Florida. Pero durante el descenso y a minutos de tocar tierra, la torre de control perdió comunicación con la nave y la tripulación.

El transbordador sufrió una rotura en el sistema de protección térmica del ala izquierda cuando se hallaba a unos 62.000 metros de altura sobre el norte de Texas, lo que provocó que la nave se desintegrara.

La NASA, tras una investigación de siete meses y en la que recuperaron 85 mil restos del Columbia, concluyó que el accidente fue provocado por un pedazo de espuma aislante del tanque externo que durante el lanzamiento se desprendió y dio en el ala izquierda del Columbia.

Mike Ciannilli, gerente de un programa de la NASA dedicado a este accidente, dijo a EFE: “Es absolutamente crítico mirar a nuestro pasado y asegurarnos de que efectivamente aprendimos todas las lecciones, todas las causas que contribuyeron al accidente”.

“Es uno de esos recuerdos que nunca te olvidas, las imágenes que viste y lo que escuchaste son cosas que se te quedan impregnadas en la memoria. Cada vez que volamos al espacio siempre hay una porción de riesgo, no diferente de cuando salimos de casa cada mañana. Siempre hay riesgo en cada cosa que hacemos”.

Ciannilli, como muchos otros ingenieros en la actualidad, da conferencias, participa en foros y trabaja con diferentes agencias, instituciones privadas y académicas para que no se repitan este tipo de accidentes. Más allá de sus ambiciones, esta es la verdadera misión de la NASA.

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