El ambiente de la Tierra, propicio para el desarrollo de la vida, puede mejorar un poco más si ocurriera un cambio en la órbita de Júpiter, según explican investigadores.
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Si tan solo esta órbita fuera más plana, o “excéntrica”, generaría modificaciones importantes en la de nuestro planeta.
Suena simple, ¿no?

Científicos de la Universidad de California-Riverside simularon situaciones alternativas en el Sistema Solar, descubriendo la posibilidad. El trabajo se publicó en The Astronomical Journal.
Pam Vervoort, líder del estudio, explicó cómo influiría el gigante gaseoso en la Tierra. “Si la posición de Júpiter permaneciera igual, pero la forma de su órbita cambiara, en realidad podría aumentar la habitabilidad de este planeta”, señaló, citada por Space.
“Muchos están convencidos de que la Tierra es el epítome de un planeta habitable y que cualquier cambio en la órbita de Júpiter, siendo el planeta masivo que es, solo podría ser malo para la Tierra. Demostramos que ambas suposiciones son incorrectas”.
La explicación de la influencia de Júpiter en la Tierra y cómo nos beneficiaríamos con un pequeño cambio
Los investigadores argumentan que los planetas con una órbita más circular mantienen una distancia constante de su estrella, mientras que las órbitas más excéntricas, de forma ovalada, acercan y alejan a los planetas de sus estrellas en diferentes puntos de esa órbita.
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“La proximidad a una estrella”, agregan los científicos, “determina cuánta radiación recibe y cómo se siente, lo que significa que afecta el clima de un planeta”.
Vervoort y sus compañeros indican que, si la órbita de Júpiter se volviera más excéntrica, la de la Tierra sería empujada a hacerse igual, más excéntrica. Por lo tanto, en ocasiones, nuestro planeta estaría aún más cerca del Sol de lo que ya está.

Así, algunas de las regiones más frías de la Tierra se calentarían, alcanzando temperaturas en el rango habitable (0-100 °C) para la amplia variedad de formas de vida en nuestro planeta.
“Es importante comprender el impacto que Júpiter ha tenido en el clima de la Tierra a lo largo del tiempo”, indica el astrofísico Stephen Kane, otro de los investigadores, “cómo su efecto en nuestra órbita nos ha cambiado en el pasado y cómo podría cambiarnos una vez más en el futuro”.