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Kepler-1649c es el exoplaneta más parecido a la Tierra que podríamos habitar: esto es lo que sabemos

Damos un breve repaso por lo que se sabe en torno al exoplaneta Kepler-1649c, un lugar que tiene el potencial de convertirse en un segundo hogar.

Han transcurrido más de dos años desde que el Telescopio Kepler de la NASA descubrió el exoplaneta más parecido a la Tierra en la historia de la exploración espacial hasta el momento. Estamos hablando del buen Kepler-1649c.

Datos sobre su existencia se remontan desde hace por lo menos cuatro años, pero no fue sino hasta abril de 2020 que la NASA por fin habló a detalle sobre sus cualidades.

Este mundo, ubicado a 300 años luz de nuestra Tierra, tiene un tamaño similar y además una temperatura muy parecida, por lo que en teoría podría presentar las mismas condiciones favorables para la vida.

Este exoplaneta es sólo 1.06 veces más grande que nuestro planeta, recibiendo un 75% de la luz emitida por su estrella madre, incrementando con ello el rango de coincidencias. Pero hay bastantes datos más interesantes.

Un nuevo horizonte para la Tierra con Kepler-1649c

El furor por Kepler-1649c resucitó en días recientes luego de que The Sun, un diario que ocasionalmente opera como tabloide, resucitara el interés por el exoplaneta.

Todo gracias a un interesante y extenso artículo con pocas novedades con relación a las reveladas en 2020, pero que sirvió para revivir el interés en las redes por el astro:

“De todos los planetas mal etiquetados que hemos recuperado, este es particularmente emocionante, no solo porque está en la zona habitable y el tamaño de la Tierra, sino por cómo podría interactuar con este planeta vecino.

Si no hubiéramos examinado el trabajo del algoritmo a mano, nos lo habríamos perdido.”

Fue lo que señaló en aquel entonces Andrew Vanderburg, investigador de Universidad de Texas en Austin y autor del artículo publicado originalmente en The Astrophysical Journal Letters.

Ahí, Venderburg relata cómo el descubrimiento del exoplaneta fue realizado gracias a los datos obtenidos mediante el Telescopio Kepler, que había sido desactivado en el año 2018.

Los investigadores se dieron a la tarea de revisar personal y manualmente los datos, tras la sospecha de que el algoritmo informático del telescopio habría podido identificar erróneamente algunos cuerpos. Al final resultó que tenían la razón.

Ahora, con el transcurso del tiempo hemos podido aprender más en torno a Kepler-1649c. Como el hecho de que su tránsito orbital o proceso de traslación realiza un recorrido completo en tan solo 19 días y medio, diferente a nuestros 365.

Este pequeño gran detalle es el que ha detonado grandes dudas sobre su potencial habitabilidad. Pero las investigaciones seguirán su curso.

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