Astrónomos, astrofísicos y cualquier tipo de científicos que exploran los secretos del universo tienen una obsesión en común: el hallazgo de vida extraterrestre. La teoría dice que no deberíamos estar solos en tan amplio terreno, pero hasta ahora no hay nada que certifique la existencia de alienígenas.
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Telescopios espaciales, sondas en el sistema solar y observatorios que miran hacia las profundidades del cosmos no han sido capaces de encontrar una prueba fehaciente de que exista una civilización desarrollada o al menos indicios de condiciones que hagan un planeta habitable.
Principalmente, los científicos miran tres componentes hablando en conceptos generales. En primer lugar, que la estrella masiva (Sol) sea similar a la nuestra; en segundo lugar, que la posición del planeta con respecto a su astro rey sea también parecida a la de la Tierra en el sistema solar y por último los componentes de la atmósfera.
Es muy complejo saber estas tres informaciones de un mundo que está a cientos, miles y en ocasiones millones de años luz de distancia. Sin embargo, la ciencia ha demostrado tener las herramientas para avanzar en estos temas.
Lo negativo es que, hasta ahora no hay indicios certeros de que exista vida extraterrestre. Entonces, un estudio realizado, entre otros autores, por el astrobiólogo Edward Schwieterman, de la UC Riverside, sugiere con un análisis científico mirar un proceso evolutivo de la Tierra, para posteriormente aplicar las conclusiones en los exoplanetas candidatos a desarrollar la vida tal y como la conocemos, según reseña Slash Gear.
¿Cómo encontrar vida extraterrestre?
De acuerdo con lo que sugiere este investigador la clave estaría en en estudiar el proceso evolutivo de las bacterias a lo largo de la existencia. Schwieterman dice que conocer la composición de los microbios antiguos dará el dato clave para poder encontrar vida extraterrestre.
“La Tierra primitiva es un entorno extraño en comparación con nuestro mundo actual. Comprender cómo los organismos aquí han cambiado con el tiempo y en diferentes entornos nos enseñará cosas cruciales sobre cómo buscar y reconocer la vida en otros lugares”, dice el astrobiólogo.
El científico propone aplicar el uso de aprendizaje automático sobre los microorganismos antiguos detectados en hallazgos antiguos de nuestro planeta y así armar algo similar a lo que sería un árbol genealógico de bacterias.
