Estar casi 45 años en el espacio puede confundir a cualquiera, incluso a la sonda Voyager 1. La NASA reveló que el aparato está sufriendo un “misterioso problema”, ya que sus lecturas del sistema de control y articulación de actitud (AACS) no coinciden con lo que está haciendo en realidad.
El Jet Lab de la NASA explicó que Voyager 1 está operando normalmente en el espacio interestelar, recibiendo y ejecutando comandos desde la Tierra, pero preocupan sus lecturas de actividad. Su señal no se ha debilitad y tampoco se activó algún sistema de protección contra fallas a bordo.
Pero las lecturas… las lecturas son la esencia del misterio de la sonda espacial.
¿Tiene solución el problema de la sonda Voyager 1 de la NASA?
Suzanne Dodd, gerente de proyecto de las sondas Voyager 1 y 2 en el Jet Lab de la NASA, explicó la situación en un comunicado.
“Un misterio como este es más o menos normal en esta etapa de la misión Voyager”, apuntó. “Las naves espaciales tienen casi 45 años, mucho más de lo que anticiparon los planificadores de la misión. También estamos en el espacio interestelar, un entorno de alta radiación en el que ninguna nave espacial ha volado antes. Así que hay algunos grandes desafíos para el equipo de ingeniería”.
“Pero creo que si hay una forma de resolver este problema con AACS, nuestro equipo la encontrará”.
Si encuentran la fuente, el problema se resolvería con cambios de software o el uso de uno de los sistemas de hardware redundantes de la nave. Ya había ocurrido algo similar en 2017, cuando los propulsores principales mostraron signos de degradación, siendo cambiados por otros vía remota, pese a haber estado sin usarse por 37 años.
¿Y si no se consigue una solución?
No obstante, lo más posible es que el equipo no encuentre la fuente de la anomalía, sino que se adapte a ella. Voyager 1 se encuentra a 23.300 millones de kilómetros de la Tierra, y el envío de un mensaje a la sonda tarda aproximadamente dos días para recibir una respuesta.
La sonda Voyager 1 pesa 722 kilogramos, y es actualmente la nave espacial más alejada de la Tierra. Su gemela, Voyager 2, está a 19.500 millones de kilómetros de nuestro planeta.
La información que proporcionan ambas sondas ayudó a impulsar una comprensión más profunda de la heliósfera, la barrera que crea el Sol alrededor de los planetas del Sistema Solar.

