Goku ha salvado al mundo muchas veces, eso nadie lo discute. Pero también ha tenido momentos tan cuestionables, que cuesta creer que sea el mismo personaje que todos admiramos en Dragon Ball. Desde abandonar a su familia hasta poner en riesgo el universo solo por querer pelear, repasamos las ocasiones en las que el Saiyajin de pelo puntiagudo fue todo menos un buen héroe.
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Dejar que el Dr. Gero termine sus androides... solo para divertirse
¿Salvar el mundo o dejar que un villano cree androides asesinos para tener una buena pelea?Goku eligió lo segundo. Después de que Trunks del Futuro advirtiera sobre la amenaza de los androides, lo lógico era evitar su creación.
Pero Goku prefirió dejarlos nacer porque quería medirse con ellos. Y no, no es una exageración. Decidió arriesgar a la humanidad solo por diversión.
Entregarle el destino del planeta a su hijo… sin avisarle
En los Juegos de Cell, Goku tuvo una de sus decisiones más criticadas. En lugar de luchar hasta el final, dejó a Gohan de solo diez años enfrentarse a un enemigo letal… sin decirle que ese era el plan. Y para rematar, le dio una Semilla del Ermitaño a Cell para que recuperara su energía.
Lo hizo por “confianza”, pero lo único que logró fue que su hijo sufriera una paliza. Piccoro, como muchos espectadores, terminó furioso.
“Mejor me quedo muerto”
Después de que Gohan venciera a Cell, Goku decidió no volver a la vida. ¿El motivo? Dijo que su presencia atraía problemas. Pero nunca hubo pruebas de eso. Así que, en lugar de estar con su esposa e hijos, prefirió seguir entrenando en el Otro Mundo... por siete años.
Goten creció sin padre, y Milk tuvo que criar sola a dos hijos. Todo por una excusa que no tenía sentido.
Todo mal en la saga de Majin Buu
En esta saga, Goku tenía el poder para solucionar todo. Pero no lo hizo. En lugar de derrotar rápido a Majin Vegeta, peleó con él “porque sí”. Luego, mostró su transformación en Super Saiyajin 3, pero no la usó en serio hasta que ya era demasiado tarde.
Cuando tenía la oportunidad de frenar a Buu, prefirió dejarle la tarea a niños. Y eso terminó con la Tierra destruida.
Ofrecer un beso de Bulma como soborno
Durante la saga del Viejo Kai, Goku le ofreció un beso de Bulma (sin su consentimiento) para conseguir ayuda. Y no solo eso, también intentó emparejarlo con Videl, que en ese momento era una adolescente.
El intento de hacer una broma salió mal, y Goku terminó viéndose como un completo desubicado. Vegeta, con razón, fue el que lo puso en su lugar.
Lo vuelve a hacer: abandona a todos al final de Dragon Ball Z
Después de entrenar a Uub por unos minutos, Goku decide irse con él y dejar todo atrás. Ni siquiera se despide bien. Pan, su nieta, lo admira y quiere seguir sus pasos, pero a Goku eso no parece importarle. Prefiere irse con un chico que acaba de conocer que quedarse con su familia.
Y así cierra su historia en Dragon Ball Z: abandonando a todos, otra vez.
Olvida lo más importante en la saga de Trunks del Futuro
Durante esta saga en Dragon Ball Super, Goku no solo inicia el desastre de Zamasu, sino que, en momentos clave, olvida traer las Semillas del Ermitaño y el sello para el Mafuba, herramientas esenciales para salvar el mundo. Es el equivalente a olvidar las llaves antes de una batalla final. Pero peor.
Casi borra todo por su obsesión con pelear
El Torneo del Poder no fue una idea de los Zeno. Fue de Goku. Y, al principio, parecía que el universo estaba en juego solo porque él quería probarse contra los más fuertes. Miles de millones de vidas colgaban de un hilo, y él solo pensaba en luchar contra Jiren.
Aunque después se revela que el torneo iba a ocurrir de todas formas, durante buena parte de la historia, Goku actúa como el causante del fin de muchos mundos… y no le preocupa tanto.
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Goku, el tonto sin remedio
En Dragon Ball Super, Goku pasa de ser ingenuo a ser completamente torpe. Llega al punto de no entender qué es un beso… a pesar de tener dos hijos. Esta versión exageradamente boba del personaje choca con el Goku intuitivo y astuto de las primeras series.
Es difícil apoyarlo cuando su comportamiento roza lo absurdo constantemente.

