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Dragon Ball: ¿Por qué el 22 Torneo de las Artes Marciales podría haberlo ganado cualquiera?

A diferencia de otros arcos donde Goku es el claro favorito, este torneo ofreció una competencia tan pareja que cualquiera podía salir campeón

Gokú solo ganó una vez el Torneo de Artes Marciales Foto: Toei

Antes de transformaciones imposibles, viajes en el tiempo y dioses del universo, Dragon Ball todavía era una historia sobre artes marciales y superación. El 22.º Torneo Mundial de Artes Marciales es el ejemplo perfecto de esa época: un momento donde todos los participantes tenían posibilidades reales de alzarse con el trofeo.

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No se trataba solo de fuerza bruta, sino de estrategia, motivación, y de lo que estaba en juego para cada luchador.

Goku ya no era el novato, pero aún no era el elegido

En el torneo anterior, Goku había sorprendido al mundo, pero había perdido contra Jackie Chun (Maestro Roshi disfrazado). Esa derrota no lo debilitó: lo preparó. Para el 22.º Torneo, regresó con sed de revancha, más fuerte y enfocado. Sin embargo, no era el único con una historia convincente.


El torneo introdujo a los alumnos de la Escuela Grulla, con Ten Shin Han y Chaoz como rivales directos y oscuros de Goku y Krilin. Ambos llegaron con técnicas nuevas, una ética más agresiva, y el respaldo de un maestro rival que odiaba profundamente a Roshi.

Un torneo donde los caminos lo eran todo

A diferencia de otros torneos donde el resultado parecía cantado, aquí todo dependía del sorteo del cuadro. ¿Qué habría pasado si Goku se enfrentaba a Ten Shin Han antes de la final? ¿Y si Krilin, tras superar a Chaoz, hubiera tenido un combate menos desgastante?

Ese suspenso se mantuvo hasta el último segundo. La narrativa no empujaba solo a un ganador, sino que construía historias en paralelo donde Krillin, Yamcha, Ten o incluso Chaoz podían haber salido campeones sin que pareciera forzado.

Peleas donde la técnica le ganaba al poder

Otro punto clave del torneo fue que la fuerza no lo era todo. Ten Shin Han, por ejemplo, usaba técnicas psíquicas, vuelo y ataques como el Kikōhō. Chaoz manipulaba mentalmente a su rival. Y Krilin, aunque menos fuerte, usaba su ingenio para luchar con ventaja.

Ese enfoque técnico equilibraba las cosas y reforzaba la idea de que el mejor luchador no siempre es el más fuerte, sino el que mejor comprende el combate.

¿El último gran torneo “igualado” de Dragon Ball?

Después del 22.º torneo, Dragon Ball empezó a inclinar la balanza. Goku se volvió claramente superior. En el 23.º, aunque Ten y Piccolo estaban en la contienda, el resultado parecía inevitable.

Y en Dragon Ball Z, los torneos fueron meras excusas narrativas: el 25.º fue interrumpido, el 28.º fue simbólico y el de GT… mejor ni hablar.

Solo el Torneo de Poder en Dragon Ball Super se acercó al nivel de imprevisibilidad del 22.º, pero ya cargado con un universo de expectativas y con Goku como favorito de siempre.

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El torneo que marcó un punto de inflexión

El 22.º Torneo Mundial de Artes Marciales no solo fue uno de los arcos más emocionantes de Dragon Ball, también demostró que la serie podía construir drama, estrategia y tensión sin necesidad de dioses ni planetas en juego.

Solo hacía falta una tarima cuadrada, un grupo de luchadores motivados, y la idea de que —por una vez— cualquiera podía ganar.

       

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