Kaiosama es un de los mejores maestros que tuvo Goku en su camino a convertirse en uno de los guerreros más poderosos de todo el Universo 7. Lo conocimos en Dragon Ball Z, en el primer arco, justo después de que Kakaroto muere peleando contra Raditz. Kamisama lo lleva al otro mundo y se lo presenta a Enmadaiosama, para que este le marque el camino de la serpiente que desemboca en el pequeño planeta de la deidad.
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Antes de que lo conociéramos, debido a que era una deidad, lo imaginamos como un ser imponente y misterioso. Sin embargo, el personaje, como debería ser un maestro y un Dios, es amigable y chistoso, aunque en realidad es muy poderoso y le enseña dos técnicas valiosas a Goku.
A medida que la serie avanza, la relación entre Kaiosama y Goku se va fortaleciendo hasta el punto de que el guerrero saiyajin, a pesar de no estar muerto, sigue acudieron al otro mundo para entrenar en su planeta.
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Entre las características destacadas de Kaiosama, están sus dos antenas que lleva en la cabeza. Las mismas, según revela Dragon Ball, son usadas por la deidad para comunicarse o para detectar cualquier cosa en todo el Universo 7.
Gracias a estas antenas, Kaiosama puede hablar de forma telepática o psíquica con cualquier persona, en cualquier lugar. Además, puede hacer que alguien haga lo mismo si le ponen las manos en el hombro. Asimismo, estas antenas permiten que el Dios detecte a cualquier persona que esté en cualquier lugar del cosmos. Lo demostró encontrando a Freezer y calculando en cuánto tiempo iban a llegar los saiyajines a la Tierra.
El mundo del Kaio
El pequeño mundo del Kaio del norte, reducido por Bills, Dios de la Destrucción, aparece por primera vez en el arco de los saiyajines. Después de haber muerto en la pelea contra Raditz, Goku estuvo alrededor de 158 días entrenando en este sitio.
Fue allí en donde se terminó de despegar, en cuanto a niveles, del resto de sus amigos de los Guerreros Z como Krilin, Yamcha y Ten Shin Han.
Aprender a ejecutar el Kaio Ken y a realizar la Genkidama fueron fundamentales para alcanzar la transformación del Super Saiyajin y para exterminar a brutales enemigos, como fue el caso de Majin Buu.