Hoy en día, las consolas portátiles tienen una gran presencia en el mercado, con una variedad de modelos y la posibilidad de conectar una unidad gráfica externa para mejorar su rendimiento, evitando así la necesidad de invertir demasiado en componentes internos.
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En Hardzone, hicieron una prueba en la que conectaron una consola portátil a una GPU externa, obteniendo resultados bastante curiosos.
La consola escogida fue la GPD Win Max 2, que ofrece la opción de conectar una GPU externa a través de dos métodos: OCuLink y Thunderbolt 3. Esta característica permite potenciar su capacidad de procesamiento de manera sencilla, con un componente externo que se puede reutilizar en otras consolas, sin la necesidad de realizar inversiones internas.
Se evaluó su desempeño al conectarla con diferentes opciones de GPU para analizar hasta qué punto se puede mejorar su rendimiento mediante este vínculo externo, y si sus componentes internos, incluyendo el procesador, están a la altura de tal mejora.
Manos a la obra
Primero, se presenta una tabla con puntuaciones y comparativas de varias tarjetas gráficas externas populares, disponibles fácilmente en internet.
A primera vista, se observan diferencias notables en el rendimiento, dependiendo de la GPU conectada. Por ejemplo, una RTX 3070 supera varias veces el rendimiento obtenido por una RX 780M.
Asimismo, entre la 3050 y la 3070 se observan diferencias notables en varios puntos, aunque en juegos como Final Fantasy XIV, la diferencia no es tan significativa y se mantiene prácticamente igual.
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Esto sugiere que, al menos esta consola portátil, está preparada para un uso más exigente gracias a la adición de una GPU externa. Dependiendo de la gama de la tarjeta, se apreciará una mejora clara en el rendimiento, lo que demuestra el éxito de esta prueba.
Sin embargo, la prueba en Final Fantasy XIV, donde la 3070 y la 3050 muestran un rendimiento similar, sugiere que el rendimiento del propio equipo, incluyendo su procesador, podría estar en esa misma línea, lo que indica que incluso conectar una GPU mejor no proporcionaría mejoras significativas.
Esto se debe al famoso “cuello de botella”, una limitación presente en todos los equipos, donde el rendimiento alcanza su límite. Este aspecto es notable en la GPD Win Max 2.
En resumen, si estás considerando adquirir una tarjeta gráfica externa para una consola compatible, debes tener en cuenta que las diferencias dependerán de la gama y modelo que elijas.
Aunque todas mostrarán un límite en su rendimiento, es crucial examinar cuál es la más adecuada para tus necesidades y uso futuro. En este caso, una 3050 podría ser una buena opción, pero esto variará según la consola y su propósito a futuro.
