El universo de Dragon Ball es uno de los más seguidos en el mundo, con repletas historias que han permitido llevar a sus personajes a todos los formatos. Series animadas, películas en ese formato, videojuegos, entre otros. El único problema con el que se ha enfrentado la franquicia es que no ha hecho una producción live-action que valga la pena.
PUBLICIDAD
En el ya lejano 2009, a Big Screen Productions, 20th Century Fox, con la dirección de James Wong, la producción de Stephen Chow y el guion de Ben Ramsey, se le ocurrió lanzar a los cines Dragon Ball Evolution, el único y lamentable filme en acción en vivo de Dragon Ball. Repudiado, odiado y detestado por los fans.
En el recuerdo quedó la interpretación de Justin Chatwin como un extraño Gokú y también la de James Marsters como Piccolo, el villano de ese filme. Curiosamente, el actor californiano dijo que siempre supo que la película sería un fracaso.
El fracaso de Dragon Ball Evolution
Meristation, a través de un reporte, cita una entrevista de Slash Film con el actor como parte del evento Wizard World Convention de 2014 en Atlanta, Georgia, en la que aseguró que fue engañado por la producción de Dragon Ball Evolution.
Marsters reconoció que desde el primer día hubo problemas en el rodaje de la cinta: “Me dijeron que era una película de 120 millones con Stephen Chow produciendo, y Stephen Chow es el director de Kung Fusion y Shaolin Soccer, películas simplemente increíbles. Son divertidas, violentas, aterradoras... Todo lo que necesitarías para que funcionase Dragon Ball”.
Desde un punto de vista personal, añadió: “Dragon Ball Z fue importante para mi como padre, así que me interesó mucho cuando me dieron el papel (de Piccolo)”.
Lo peor estaba por venir: “Y de repente llego a Durango, México, y es una película de 30 millones en la que Stephen Chow está solo sobre el papel para engañarnos y llevarnos al desierto. Ni siquiera quieren pagar para que el doble se caracterice como yo, así que nunca lo usaron”.
PUBLICIDAD
“Solo se dedicaron a ponerme cables. Aún tengo una clavícula maltrecha por el rodaje, fue muy desagradable. Pero aún así quería que a mi hijo al menos le gustase mi papel”, expresó el actor.
James Marsters contó una triste anécdota del estreno de la película, cuando se toparo con una sala de cine repleta: “Era demasiado bueno para ser verdad. Así que me dirijo al adolescente que estaba a mi lado y le pregunto, ‘¿esto es Dragon Ball?’, y me dice, ‘¿Qué? ¡No! ¡Es Fast & Furious”.
“Así que nos levantamos y atravesamos el hall para llegar a la otra sala. Mi hijo estaba tan nervioso que se había equivocado. Yo estaba pensando, ‘por favor, solo 50 personas...’ Entramos en la sala y éramos cinco”.
Dragon Ball Evolution logró recaudar poco más de 55 millones de dólares en todo el mundo, de los cuales solo 9,3 se registraron en Estados Unidos, recuperando así los 30 millones de dólares de su presupuesto pero manchando la obra de Akira Toriyama.