Estudios

La capacidad de aprendizaje de un ratón es comparable con la de los humanos en ciertas condiciones, encuentra estudio

Dependiendo de las tareas a las que sea sometido, un ratón puede actuar de forma similar a un humano, dijeron expertos de Caltech.

Un ratón de laboratorio es una fuente sorprendente de investigación para comprender a los animales o incluso a los humanos. En primer lugar, la comprensión de la forma en la que ejecuta algunas funciones cerebrales, salen, en principio de un roedor. Sin embargo, por lo general a estos animales les dan tareas que bajo ningún concepto se encontrarían en su vida silvestre.

Pero cuando someten al ratón a situaciones que se encontraría en su naturaleza, el animal aprende mil veces más rápido de lo que se pensaba, encontró un estudio de Caltech. Incluso, sometieron a otros estudiantes universitarios graduados a pruebas similares y los resultados fueron similares.

A través de los medios de comunicación, la ciencia nos ha mostrado a los ratones, superando obstáculos en los laboratorios. Entonces, Caltech expone en su portal un ejemplo para demostrar las diferencias en las capacidades de aprendizaje del ratón.

En primer lugar, haciendo referencia a algo que no se encontraría en la vida silvestre, colocan un ejemplo con una luz, para elegir un camino. Imaginen que están en un auto y cuando una luz prenda a la derecha, deben mover el volante en esa dirección. Mientras que, cuando se mueva a la izquierda deben hacer lo mismo.

El humano aprende el patrón en tan solo algunas pruebas. Sin embargo, el ratón necesitaría de miles de intentos para poder ejecutar la función que se le pide. E incluso, según lo publica Caltech, probablemente solo el 80% termine comprendiendo.

Escenarios para el ratón

Este mismo ejemplo del volante, los científicos de Caltech lo compararon con un viaje hacia el trabajo, con mucho tránsito a diario. En esta acción, el cerebro de una persona trabaja navegación (la mejor ruta), memoria (dónde se hace menos tráfico), toma de decisiones y procesamiento sensorial.

En estos casos, un humano actúa en beneficio de una recompensa: llegar temprano o perder menos tiempo. Por lo tanto, intentaron fabricar un ejemplo similar para los ratones y diseñaron un laberinto complejo, con premios como agua o final del camino.

No colocan a un ratón hambriento, desesperado o sediento. Simplemente lo colocan. Si tiene sed que vaya por el agua, si quiere salir que encuentre la mejor ruta.

«En este estudio, exponemos un ratón a un entorno de laberinto complejo, encendemos una cámara y simplemente salimos de la habitación. No ejercemos ninguna influencia sobre el animal. Regresamos siete horas más tarde y analizamos videos de lo que hizo el ratón durante ese tiempo. Permitimos que el ratón tome el tipo de decisiones que aplican los roedores en lugar de obligarlos a aceptar», dijo Markus Meister, del Caltech (Instituto Tecnológico de California).

Resultados del experimento

El ratón no sabía que dentro había agua, pero exploró el laberinto cuando tenía sed. Y después que la encontró, tardó unos 10 intentos para escoger la ruta más directa para saciar su sed. Este camino ideal cuenta de seis decisiones correctas que los ratones ejecutaron en su mayoría.

Asimismo, los 19 ratones utilizados tenían opciones para elegir el camino. Podían tomar izquierda, derecha o rendirse y volver. Ninguno eligió rutas hacia atrás, todos mostraban deseos de seguir avanzando.

«Vemos que para la mayoría de los ratones recompensados, aquellos para quienes la sed puede haber sido una fuerza impulsora, de repente, algo hace clic para ellos. Después de este momento, los animales comienzan a tomar caminos complejos pero directos hacia la ubicación del agua con mucha más frecuencia, lo que indica que están poniendo todos sus conocimientos sobre cómo navegar por el laberinto», dijo Tony Zhang, uno de los líderes de los experimentos

«Hemos encontrado una manera de diseñar una tarea que aproveche las capacidades centrales de los ratones. Algunas personas podrían decir que los ratones son tontos, pero si aprovechas su nicho evolutivo central, tienes la oportunidad de observar un comportamiento experto. Esto nos permite obtener una verdadera comprensión de cómo está sucediendo el aprendizaje«, añadió el otro director de las pruebas, Matthew Rosenberg.

Finalmente, sometieron a varios de sus compañeros de laboratorio a situaciones similares en un videojuego, y los resultados de los humanos fueron similares al de los ratones.

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