Ciencia

Harvard crea herramienta de edición de genes que competiría contra CRISPR

Harvard ADN CRISPR

La Universidad de Harvard desarrolla esta herramienta de edición genética basada en un modelo distinto al de CRISPR-Cas9.

Las tijeras CRISPR-Cas9 (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, o Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciadas) han sido objeto de fascinación y controversia para la humanidad en los últimos años.

Por un lado en 2020, sus creadoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, recibieron el Premio Nobel de Química por haber desarrollado este principio y técnica que volvía posible la edición de genes.

Pero por otro lado también ha detonado episodios complicados y de alto debate. Como lo vimos ya con el Doctor He Jiankui. Quien habría creado bebés modificados genéticamente utilizando como base al propio CRISPR.

Ahora las cosas están a punto de complicarse todavía más, gracias a la Universidad de Harvard. Ya que han creado una nueva herramienta de edición genética.

¿Harvard hace historia?

De acuerdo con una publicación en el sitio web oficial de la propia universidad investigadores del Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering, que forma parte de Harvard, han creado una nueva herramienta de edición de genes.

La cual permitiría a los científicos interesados realizar millones de experimentos genéticos de manera simultánea. Todo gracias a una nueva técnica con el nombre de Retron Library Recombineering, o RLR. La cuál es distinta al CRISPR-Cas9.

Ya que RLR utiliza segmentos de ADN bacteriano, denominados retrones, que son capaces de producir fragmentos de ADN monocatenario como base para realizar maniobra de edición genética.

Aunque cabe recalcar que el CRISPR está mucho más desarrollado, ya que las herramientas de RLR cuentan con algunas limitante serias.

RLR no es perfecto

La propia técnica puede cortar secuencias no deseadas y resulta incluso tóxica para las células. Pero hay algunas diferencias importantes según marcan los propios investigadores de Harvard:

RLR nos permitió hacer algo que es imposible de hacer con CRISPR: cortamos al azar un genoma bacteriano, convertimos esos fragmentos genéticos en ADN monocatenario in situ y los usamos para analizar millones de secuencias simultáneamente.

Los científicos probaron el RLR en la bacteria E. coli y encontraron que el 90 por ciento de la población incorporó la secuencia implantada después de hacer algunos ajustes.

Agilizando el proceso en la búsqueda de mutaciones de resistencia a los antibióticos contra dicha bacteria. Lo que agilizó el proceso. Aunque en principio fue un proceso de prueba y error con imprecisiones en la aplicación de la técnica.

El punto medular aquí es que la técnica de Harvard es incipiente pero funciona en principio. Lo que abra la posibilidad a que RLR vaya refinando sus puntos débiles para más adelante ser tan robusta como CRISPR.

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